Aristóteles
ya decía que “el hombre es el único animal que
se ríe”. Con permiso, por supuesto, de la vaca del quesito francés o los
humanizados animales de las fábulas. Pues bien, esa capacidad de reir en
cualquier momento y circunstancias, que es consustancial con la persona humana,
pretende negársela el viceprimer ministro turco, Bülent Arinc, a las mujeres de
su país porque hacerlo en público, argumenta, “es una afrenta a la moral
islámica”
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La cuestión de los derechos de las mujeres es fundamental en esas sociedades: los consideran desestabilizadora La posibilidad de la emancipación de la mujer, aunque no hay que olvidar que el tabú del cuerpo femenino es tan antiguo como la humanidad y atraviesa todas las religiones monoteístas.”Se trata de controlar la sexualidad de las mujeres porque se la considera peligrosa y subversiva”.
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