sábado, 24 de octubre de 2020

El deshielo glacial en los Alpes «libera» tesoros arqueológicos congelados en el tiempo miles de año

Las piezas presentan el desafío de su preservación, ya que al volver a la intemperie el riesgo de que destruyan es muy alto
Un pequeño grupo sube penosamente por las empinadas laderas de un glaciar alpino antes de encontrar lo que estaba buscando: una veta de cristal de roca. Los hechos tuvieron lugar hace unos 9.500 años, y estos hombres del Mesolítico usaron el cristal precioso para hacer sus herramientas.

Los arqueólogos han sido capaces de reproducir la escena prehistórica gracias al cambio climático. El derretimiento de los glaciares ha «liberado» objetos que han permanecido congelados en el tiempo hasta casi 10.000 años.
Si bien no se alegran de los efectos devastadores del calentamiento global, los investigadores admiten que ha creado «una oportunidad» para rellenar los enormes vacíos en la comprensión de la vida en las montañas hace varios milenios.
«Hemos realizado hallazgos fascinantes, que abren una ventana a una parte de la arqueología a la que normalmente no tenemos acceso», ha explicado Marcel Cornelissen, al frente de la expedición del yacimiento Mesolítico a 2.800 metros de altitud, cerca del glaciar Brunifirm, en el cantón suizo oriental de Uri.
Rápida destrucción
Todos estos descubrimientos cambian la teoría extendida en los noventa de que los hombres prehistóricos apenas se aventuraban en las altas montañas. Todos recuerdan a «Oetzi», el cuerpo perfectamente conservado de un cazador de 5.300 años descubierto en 1991 en Austria y que se cree que es una excepción.

Por el contrario, los hallazgos han revelado que Alpes habían sido explorados y visitados durante milenios. «Ahora sabemos que la gente trepaba montañas de hasta 3.000 metros para buscar cristales y otras materias primas», ha señalado un arqueólogo del cantón de Uri, Christian auf der Maur.
En el paso de Schnidejoch, en los Alpes berneses, a una altitud de más de 2.700 metros, se ha encontrado un carcaj de corteza de abedul, que se fabricó alrededor del 3.000 a. C., lo que confirma la riqueza de este sitio. Posteriormente se han hallado unos pantalones y unos zapatos de cuero pertenecientes al mismo cazador, junto con cientos de otros objetos, algunos de ellos con 6.500 años de antigüedad.
«Es muy emocionante, porque encontramos piezas que generalmente no encontraríamos en las excavaciones porque el hielo las ha conservado», ha manifestado el arqueólogo Regula Gubler.
Otra prueba reciente se obtuvo el pasado mes de septiembre, un fragmento de rafia anudada, probablemente de hace 6 milenios, que parece una frágil canasta tejida con el mismo material descubierto el año pasado.
Ahora bien, si es cierto que el cambio climático es una bendición para el descubrimiento de estos objetos, también lo es que se enfrentan a una rápida destrucción una vez que están nuevamente expuestos a la intemperie.
Ante la emergencia, los arqueólogos confían en excursionistas y escaladores para que les ayuden a salvar todo lo que se pueda. «A veces se necesita mucho tiempo y mucha suerte», ha indicado el arqueólogo Pierre-Yves Nicod, que hace dos años organizó una exposición sobre la arqueología de los glaciares y trabaja para el Musée d'histoire du Valais en Sion.
Ese fue el caso del descubrimiento de dos excursionistas italianos, que en 1999 se encontraron con una escultura de madera en el glaciar Arolla, a una altitud de 3.100 metros. Se trataba de «un objeto celta que se remonta a la Edad del Hierro», con más de 2.000 años de antigüedad pero cuya función sigue sin explicarse hasta el día de hoy.
Para Pierre-Yves Nicod, es urgente "sensibilizar a la población que pueda encontrarse con este tipo de piezas. Es una emergencia arqueológica», insiste
https://www.abc.es/cultura/abci-deshielo-glacial-alpes-libera-tesoros-arqueologicos-congelados-tiempo-miles-anos-202010200036_noticia.html

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