domingo, 6 de junio de 2021

«El sexo presencial será algo vintage o de otra era para los jóvenes muy habituados a lo virtual

 Según la sexóloga Ruth González Ousset, el miedo de los jóvenes al contagio generado por la pandemia, sus dificultades para quedar con sus iguales y el gran manejo de las tecnologías hará que se acostumbren más cibersexo: «Solo hay que ver lo que les cuesta mantener una conversación en persona y lo fácil que es para ellos chatear»


El distanciamiento social ha modificado, entre otros muchos aspectos de nuestra vida, la forma de vivir la sexualidad. Si antes de la pandemia ya se practicaba sexo virtual —relaciones sexuales a distancia utilizando plataformas como puede ser el móvil, tablet, webcam, chats, app...—, el Covid-19 ha hecho que las parejas que nunca se habían planteado el empleo de las nuevas tecnologías para este fin, lo contemplaran como una posibilidad.
Ruth González Ousset, sexóloga, psicoterapeuta y terapeuta de pareja en Ruth González Terapia reconoce que una de las principales razones por las que las parejas deciden esta modalidad «es que es la única manera de tener encuentros sexuales con otras personas en época de pandemia, mientras que a otras les sirve
para salir de su rutina con el propósito de avivar la llama de la pasión, fantasear, mostrarse… En definitiva, para jugar. Otro de los puntos fuertes para practicarlo es que funciona 24x7. Te puedes conectar a cualquier hora porque siempre va a haber alguien conectado desde cualquier parte del mundo.
¿Es una modalidad o una moda pasajera?

En la actualidad se ha convertido en una necesidad para aquellas personas que no tienen encuentros sexuales presenciales y que los evitan por el miedo al Covid-19. Si hubiera sido una moda pasajera no llevaría tanto tiempo entre nosotros. Hace años, la práctica no presencial más habitual eran las llamadas con alto contenido sexual y ahora es el sexo virtual que se diferencia de esas llamadas porque hay intercambio de imágenes, de audios grabados, de vídeos, de relatos, de historias fantasiosas, de enlaces de juguetes sexuales que se comparten con un desconocido para que tome el control de los mismos…
Dentro de la necesidad hay que tener cuidado con las personas que convierten el juego en adicción, puesto que las hay que invierten entre cinco e, incluso, hasta ocho horas al día. En casos así es necesario que acudan a terapia.
¿Cuál es el perfil de las personas que lo practican?

Hay personas de todas las edades. La diferencia que me encuentro entre unas franjas de edad con otras es el tiempo que tienen disponible para poder chatear. Cuantas más ocupaciones menos inversión de tiempo. Aún así, estamos en la era en el que se hace una actividad mientras se usa el móvil. Para practicar sexo virtual ya no tienes que estar encerrado en un baño o en un sitio privado donde nadie te pueda molestar. En el aquí y ahora se puede estar rodeado de gente y practicar cibersexo.
¿Resulta igual de placentero que el cuándo hay contacto presencial?
Puede ser igual de placentero, mayor o menor. Eso depende de la sesión que estés teniendo y de si te está gustando el juego. No todos los días son iguales, ni en un encuentro sexual presencial ni en uno virtual.

¿Pueden tener las parejas sentimientos de culpabilidad por pensar que es algo sucio?
La culpa es una emoción que lleva a lugares muy dolorosos y entiende de género en la práctica de sexo virtual. Generalmente son más las mujeres que se conectan y consideran que están haciendo algo sucio porque recuerdan todos los mensajes que se les ha dado respecto al sexo: no disfrutes, no tengas deseo, no te lo pases bien, complace… Es normal que terminen sintiéndose culpable de algo sucio.
¿Qué ocurre con el amor? ¿En qué lugar queda?

Aquí sí que es necesario diferenciar entre amor y sexo. Quien se quiera enamorar, tiene que saber que ésta no es la práctica más adecuada para el amor. En el sexo virtual muchas veces no sabes nada de la otra persona. Muchos hombres se hacen pasar por mujeres, por ejemplo. Otras personas se inventan otras edades, fantasías que nunca llevaría a cabo… Si te enamoras aquí, te enamoras de un personaje ficticio, no de una persona real.
¿Se puede vivir solo con sexo virtual? ¿Qué papel juegan las caricias, los besos... en definitiva, el contacto físico?
Claro que se puede vivir solo con sexo virtual. Y sin él. Con lo que no recomiendo vivir en sin contacto físico. Es importante un piel con piel y no solo me refiero al terreno sexual. Estoy viendo una tendencia a no querer tocar ni ser tocado. Necesitamos el contacto físico desde que nacemos. Es la base de nuestras relaciones.
¿Qué dificultades se encuentran fundamentalmente los jóvenes hoy para mantener relaciones con sus parejas? ¿Las están retrasando por el riesgo de contagio?

Hay muchísimas dificultades entre los jóvenes. Cada vez tienen más problemas para relacionarse: el toque de queda, la pandemia, tienen dificultades para mostrar sus emociones… Miedo al contagio porque muchos viven con otras personas a las que pueden contagiar y que son pacientes de riesgo. En definitiva, es una generación que está acostumbrada más al sexo virtual que al presencial.
¿Hay más probabilidades de que el cibersexo se instale de forma permanente en sus vidas?

¡Por supuesto! Solo hay que ver lo que les cuesta mantener una conversación en persona y lo fácil que es para ellos chatear. Están tan habituados a lo virtual, que el sexo presencial será algo vintage o de otra era. De hecho, muchas de las personas que vienen a mi consulta tienen dificultades sexuales cuando quedan con otras personas, pero funcionan bien en el cibersexo. La tendencia será evitar los encuentros que provocan ese tipo de dificultades.
https://www.abc.es/familia/parejas/abci-para-jovenes-habituados-virtual-sexo-presencial-sera-algo-vintage-o-otra-202103101201_noticia.html
Laura Peraita

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