jueves, 14 de julio de 2022

Por qué algunas personas se agobian si no tienen nada que hacer

La falta de límites, la necesidad de sentirse útil o el afán evitador para no enfrentarse a algunos aspectos de su vida son los motivos que explican por qué algunas personas alimentan ese interés por mantenerse constantemente ocupados

 

Olvidos, despistes y falta de concentración. Estas son algunas de las consecuencias de la hiperestimulación y la actividad excesiva de la memoria que caracteriza al llamado «síndrome de la vida ocupada». En realidad este fenómeno no es un trastorno mental ni tampoco corresponde a una etiqueta diagnóstica oficial, sino que se trata de una expresión atribuida al grupo de investigación CPS Research de Glasgow que en su día acuñaron para referirse a las consecuencias de un ritmo de vida exigente, normalmente provocado por una situación laboral y personal estresante.
Pero, ¿qué es lo que nos suele lleva a ocupar la vida más allá de los límites de la salud psicológica? ¿La ambición? ¿La soledad? ¿El miedo? El equipo de psicólogos de ifeel ha identificado tres motivos que alimentan ese interés por mantenerse constantemente ocupados: falta de límites, necesidad de sentirse útil y afán de evitación o mecanismo de defensa.
Falta de límites

A veces ese llamado «síndrome de la vida ocupada» lo percibimos como la consecuencia de vivir en un entorno altamente demandante al que, por distintas circunstancias, no le ponemos un límite. Esto nos lleva a tener la sensación de estar en un entorno estresante ante el que poco podemos hacer por lo que no nos planteamos poner límites y así nos mantenemos en una rueda constante.
Como destaca Rafael San Román, psicólogo de ifeel, los responsables de recursos humanos prestan cada vez más atención a estos fenómenos, conscientes de sus implicaciones respecto a la prevención de riesgos psicosociales en las empresas. «Multitarea, estrés, falta de atención, sobrecarga, son aspectos que afectan seriamente al rendimiento laboral, la motivación y el clima laboral, y pueden dar lugar -entre otros factores- a cuadros de 'burnout' en ciertos trabajadores especialmente vulnerables», precisa.
Necesidad de sentirse útil

 

Llenarse de actividades -y ejecutarlas más o menos bien- es un medio que se usa para sentirse suficientemente estimulados: estar ocupados es estresante pero también gratificante, ahuyenta el aburrimiento, aporta sensación de actividad, vitalidad y eficacia.
Tal vez muchas personas encuentren en su trabajo, en sus hobbies y en su vida social intensa un mecanismo para sentir que son eficaces y que sus vidas son útiles si están llenas de cosas y de actividades Pero, aunque sea importante proteger la autoestima y el auto concepto, el psicólogo de ifeel explica que vincular esa protección únicamente a lo que ocurre fuera de nosotros y a nuestra actividad no es saludable y puede acabar volviéndose en nuestra contra.
Mecanismo de defensa
Otra forma de entender ese supuesto síndrome tiene que ver con la sensación de que pueda ser un mecanismo de defensa ante diferentes circunstancias o una estrategia para afrontar y adaptarse a ellas, aunque eso tenga un alto coste a nivel de bienestar psicológico.
La soledad física, el silencio o la inactividad pueden resultar amenazantes para el equilibrio psicológico. De hecho, muchas personas las experimentan como algo desagradable ya que, según explica el psicólogo de ifeel, cuando los ruidos exteriores se detienen afloran pensamientos, conflictos o sensaciones con los que no se encuentran cómodos y surge la necesidad de huir de ellos.
Al fin y al cabo mantenerse intensamente ocupado suele ser útil para no tener que conectar con asuntos que resultan desagradables o que requieren un esfuerzo emocional extra. Tener mecanismos para regular el malestar psicológico es saludable, a no ser que se lleven al extremo y acabemos extenuados o desconectados de nosotros mismos y no siempre haciendo diana en el verdadero motivo de nuestro malestar.
¿Has sentido alguna vez 'horror vacui'?

 

Pero además el hecho de tener tan normalizado el exceso de información y la velocidad de cambio de los inputs que recibimos en el día a día nos hacen estar tan desconectados de nosotros mismos que nos genera incomodidad no tener esa hiperestimulación constante. Es entonces cuando sentimos, según explica la psicóloga Laura Portaencasa, de Mundopsicologos.com, el llamado 'horror vacui', que es la necesidad de llenar cada momento de la vida con actividades, pensamientos y cosas. Este concepto procede del mundo del arte, ya que hace referencia al movimiento artístico en el que se llena todo el espacio sin dejar vacío; pero en el caso de la psicología se usa para describir la angustia que vio en algunas personas cuando no tienen nada que hacer o cuando se quedan solos con sus pensamientos y sus sensaciones corporales.
Es cierto que, tal como asegura la psicóloga, algunas personas son más propensas que otras a sufrir esta necesidad de llenar cada momento de su vida relacionada con el hecho de no saber parar, según afirma la psicóloga. Aquellas que son ansiosas, que tienen tendencia a los pensamientos obsesivos, a las rumiaciones y, en definitiva, a tener ansiedad tienen más probabilidades de dar rienda suelta a ese 'horror vacui'. También se da en el caso de las personas activas, extrovertidas y aquellas que focalizan su vida en el exterior; pues este tipo de personas siempre la necesidad de estar ocupadas y se sienten más incómodas cuando paran de hacer cosas.
En los casos más agudos de 'horror vacui' pueden darse ataques de angustia y de pánico, aunque lo más frecuente es padecerlo en forma de incomodidad, ansiedad o nerviosismo de modo que las palpitaciones en el pecho, la hiperventilación, el nudo en el estómago, los pensamientos catastrofistas, el temblor y la sudoración en las manos pueden ser algunos de los signos que indican que se sufre este trastorno.
Esa incapacidad de parar impide experimentar paz, quietud y calma. Por eso la psicóloga aconseja a quienes sientan que sufren este trastorno que trabajen con estas pautas que ayudan a centrarse en uno mismo, relajarse y aprender el valor de la introspección.
Raquel Alcolea
https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/psicologia/abci-algunas-personas-agobian-si-no-tienen-nada-hacer-202206280130_noticia.html

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