Autagonistofílico. Sin ánimo de ofender y según el diccionario,
si te gusta filmarte durante el acto sexual, es que te va esta parafilia. Y,
por lo que hemos visto en los últimos tiempos, parece que es una tendencia al alza.
La hoy empresaria, cantante y
diseñadora Paris Hilton fue una pionera en este terreno. No sería más que otra
rubia pija de no ser por su afición a ir con el parrús al aire y a
grabarse haciendo cosas que no se le suponen a una señorita de su educación con
su noviete Rick Salomon. 1 Night in Paris (2004), el resultado de
aquella noche de pasión, ganó tres premios AVN, los Oscar del porno, y fue el
desencadenante de una serie de vídeos caseros “supuestamente filtrados” en los
que la flor y la nata de Beverly Hills se dedicaba a hacerle la competencia
desleal a la industria del cine para adultos. Se había creado un mercado al que
pronto llegó la íntima amiga de Paris e igualmente sedienta de fama Kim
Kardashian (luciendo su ya entonces descomunal pompis), Fred Durst (presumiendo
de tamaño) y Colin Farrell (majo, qué sucia tenías la casa). La tecnología, por
aquel entonces, solo estaba al alcance de los más pudientes, y ellos eran los
únicos protagonistas. Con la nueva década, todo ha cambiado.
Nos plantamos en 2013. Una
tal Farrah Abraham, sube un vídeo en el que se amanceba con la porn star
masculina James Deen que, en sus primera horas, es visto por más de dos
millones de estadounidenses, casi cuatro veces más que el de Kardashian. Sí,
nosotros también nos hemos preguntado quién es Farrah y, por lo visto, es la
protagonista más conocida de Embarazada a los 16 (MTV).
El pasado año, algunas publicaciones anunciaban el fin de las sex
tapes de celebrities. La realidad, sin embargo, es tozuda. En 2014 el
vídeo guarrete más visitado en EE UU es el de una tal Mimi Faust, una madre
cuarentona (por lo visto, los sex tapes de madres tienen más éxito),
que participa en el reality Love and Hip Hop: Atlanta, algo así como
el OT de las rimas urbanas. Mimi decidió grabarse haciendo edredoning
sin edredón, más que nada porque la escena tuvo lugar en la ducha, y ya sabemos
lo que cuesta secar un nórdico.
Mimi no es la única. De un
tiempo a esta parte, no hay reality show en EE UU que no venga
acompañado de su correspondiente “filtración” del vídeo sexual de uno de sus
protagonistas. La sola idea de ver a algunos de ellos puede dañar la
sensibilidad: el oxigenado mostacho de capa caída de Hulk Hogan (¡argh!) y sus
taparrabos de luchador, o la más escalofriante si cabe cirugía plástica de la
ama de casa (a tiempo parcial) y choni (a tiempo completo) Danielle Staub, que
aparece en The Real Housewives of New Jersey. Y así toda una ristra de
personajillos más ávidos de fama que de saciar sus pulsiones sexuales.
Con
la democratización de los smartphones y las tablets, el escándalo está al alcance
de cualquier mano. La identificación de los concursantes de realities con
el espectador, hace el resto. Si ellos pueden, tú puedes, aunque unos y otros
tengan una falta de imaginación lacerante. Como reconoce la estrella del porno Kayden Kross: “Las parejas ya no se graban por probar cosas
diferentes y provocar que se les dispare la adrenalina, sino porque creen que
es lo que hace todo el mundo. Todos se creen estrellas del porno”.
En España, el fenómeno
todavía no ha aterrizado (nos negamos a considerar Parada y Marujita Díaz como
nuestros Tommy Lee y Pamela Anderson particulares). Sin embargo, habida cuenta
de la devastadora influencia de la telebasura en nuestro país, da terror pensar
en nuestro futuro próximo. No sería de extrañar que, en nada, copiemos su
modelo y veamos a cualquiera de los habituales de Sálvame (hagan sus
apuestas, que yo no tengo estómago) en pelotas dándose al sano ejercicio de la
coyunda.http://elpais.com/elpais/2014/07/31/icon/1406822841_219586.HTML
Por.: Rubén
No hay comentarios:
Publicar un comentario