lunes, 16 de febrero de 2015

Las fantasías sexuales son el pilates de la mente erótica

Fantasear significa ejercitar el más importante de los músculos del sexo: la mente
Las fantasías sexuales son uno de los principales alimentos del deseo. Pero fantasear no es sólo imaginarnos en un río, haciéndolo en un avión o compartiendo alcoba con personas prohibidas o famosas. Es también rememorar encuentros pasados, escenarios románticos, inocentes... ¡incluso imaginarnos con nuestra pareja en la situación que nos excita!, según explica el secretario general de la Asociación de Especialistas en Sexología y miembro permanente de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual, José Bustamante. 
Para este especialista en sexualidad y pareja, «estas ensoñaciones tienen una función sexual muy poderosa, estimulan el deseo, encienden los motores en el "antes" e, incluso, son imprescindibles para algunas en el "durante"». Hasta la consulta de este psicólogo llegan muchas mujeres que reconocen recurrir a las fantasías o simplemente necesitar cerrar los ojos e imaginar lo que está pasando en ese mismo instante para poder alcanzar el orgasmo. «Al final, el objetivo de la fantasía es llenar la mente de erotismo para que las tareas de la casa, el trabajo, o cualquier otra preocupación no tengan espacio para desconcentrarnos», explica.
Para Bustamante, las fantasías son «el pilates para la mente erótica. Fantasear significa ejercitar el más importante de los músculos del sexo». Pero para fantasear, advierte, «antes debemos dejar de lado las culpas y las falsas creencias». Aquí están algunos de sus consejos:
—Tener una fantasía no significa querer llevarla a cabo. «A veces fantaseamos con cosas que nos gustaría reproducir, pero no necesariamente».
—Fantasear es en sí mismo estimulante. «Aunque no tengamos pareja o estemos pasando por una sequía sexual».
—Fantasear no significa ser alguien hipersexualizado. «La mayoría de las personas fantaseamos, además lo hacemos desde la pubertad y, salvo que nos impongamos no hacerlo por diversas cuestiones, seguiremos haciéndolo de forma natural».
—Fantasear no te lleva a obsesionarte. «Hay gente que teme obsesionarse si fantasea. La única señal de alarma es empezar a sentirse mal al fantasear. En ese caso, algo está pasando».
http://www.abc.es/familia-parejas/20121115/abci-fantasias-sexuales-espanoles-201211151502.html

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