La
población trans es de las más vulnerables al VIH, tanto en Costa Rica como en
el mundo. / AFP PHOTO / STR
Una de cada cuatro mujeres
trans de la Gran
Área Metropolitana de San José -C.R- (GAM) porta el Virus de Imunodeficiencia
Humana (VIH, causante del sida). Además, el 13% tiene sífilis.
Estos son dos de los
resultados preliminares de la
Encuesta de Comportamiento Sexual y Prevalencia de VIH e
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), que fueron presentados la mañana de
este viernes en el Hotel Holiday Inn en el centro de San José.
Las personas trans son
aquellas que no se identifican con el género (masculino o femenino) que se les
asignó al nacer con base en sus genitales.
La encuesta fue desarrollada
por el Ministerio de Salud, la
ONG HIVOS, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el
Consejo Nacional de Atención Integral al VIH y Sida (Conasida).
El análisis tuvo tres
poblaciones principales de estudio: las mujeres trans, las trabajadoras del
sexo y los hombres que tienen sexo con otros hombres.
Este viernes se presentaron
conclusiones preliminares para los dos primeros grupos, pues aún se encuentra
bajo análisis la tercera población.
El estudio tomó en cuenta a
259 mujeres trans, y, dentro de sus conclusiones, arrojó que el 24% tiene el
VIH.
De esas seropositvas, el 46%
tiene más de cinco años de haber sido diagnosticadas, el 20% no acude a
revisiones médicas y el 30,6% no toma medicamentos antirretrovirales.
Ello pese a que la política
de la CCSS es
darles este tratamiento a todas las personas con diagnóstico del virus.
Además, se evidenció que el
26% no tiene educación o solamente logró terminar la primaria, y el 60% tiene
"algo" de educación secundaria.
Solamente el 14% ha logrado
llegar a las aulas universitarias.
En deuda
Para los investigadores, las
conclusiones, aunque preliminares, ya denotan que las mujeres trans son una
población desatendida por la sociedad.
Sida.
La célula infectada por el VIH (verde), se une y contagia mediante sinapsis,
células sanas (rojas). Foto Science para La Nación
“Debemos trabajar en procesos
de sensibilización. Todavía hay profesionales de la salud que son insensibles
con esta población y les manifiestan cierto rechazo. También debemos hacer más
por educar en autocuidado y decirle a estas personas lo importante de cuidar su
salud y de realizarse la prueba contra VIH y otras enfermedades de transmisión
sexual”, destacó Gloria Elena Terwes, coordinadora del programa de prevención
de normalización del VIH y de las infecciones de transmisión sexual de la CCSS.
Alejandra Acuña, coordinadora
de Conasida, indicó que el estigma hacia la población trans y hacia el VIH
ahuyenta a los ciudadanos de buscar atención en salud.
“Mucha gente, en general, no
se acerca a pedir la prueba de VIH porque sufre los estigmas de los amigos o de
la gente que está en el centro de salud. Temen hasta ser despedidos por eso”,
enfatizó Acuña.
Dayana Hernández, presidenta de
la Asociación
Transvida, explicó que muchos de ellos viven discriminación
desde todos los ámbitos sociales, por lo que se les dificulta obtener pruebas
para VIH o conseguir atención médica.
“La encuesta es muy clara: el
80% no tiene una red de apoyo con familia o amigos, el 64% reporta múltiples
rechazos, el 50% dice haber sufrido repudio en centros de salud, que es
cabalmente donde se nos deberían atender nuestras dudas sobre la salud sexual y
hacernos exámenes”, manifestó la activista.
El mal trato en los centros
de salud es puesto en evidencia en la encuesta: solo el 40% se realizan la
prueba contra VIH en un centro público. Seis de cada diez aprovechan
iniciativas de ONGs.
A pesar de toda esta
realidad, la investigación destacó que siete de cada diez mujeres trans sí
tienen conocimientos de cómo prevenir el VIH.
Trabajadoras del sexo
La encuesta también exploró
la prevalencia de infecciones de transmisión sexual en las trabajadoras del
sexo de la GAM. De
esta parte del estudio participaron 393 mujeres.
Allí se vio, que aunque la
prevalencia del VIH es solo del 3%, sí hay datos que preocupan. Por ejemplo, el
21% denuncia que ha sido víctima de abuso o maltrato por ser trabajadora
sexual, el 22% ha recibido ofensas de sus familiares o amigos, el 11% ha
enfrentado maltrato en los servicios de salud y el 50,4% asegura ocultar su
profesión cuando acude a consulta médica.
"El estudio evidenció
que solo el 17,8% mostró un conocimiento adecuado de prevención y de vías de
transmisión sexual", aseveró Berta Álvarez, una de las investigadoras.
Al respecto, Acuña, como
representante de Conasida, aseguró que es mucho el trabajo de educación sexual
que debe hacerse desde edades tempranas para evitar abusos y falta de
conocimiento.
"En casi todas las
poblaciones vimos que hay una media de 15 años de edad en el inicio de la vida
sexual, en muchos casos con adultos. Esto es algo a lo que debemos prestar
atención", concluyó Acuña.
Por Irene Rodríguez
Periodista en la sección Aldea Global. Máster en Salud
Pública con Énfasis en Gerencia de la
Salud en la
Universidad de Costa Rica. Ganó el Premio Nacional de
Periodismo Científico del Conicit.
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