jueves, 22 de febrero de 2018

Un estudio desvela que las adolescentes se sienten obligadas a enviar ‘nudes’ cuando sus novios se las piden

·       Las jóvenes se culpabilizan a si mismas, tanto si lo hacen como si no: 
 · Así que el mensaje también tiene que incluirles a ellos... 
· Si ella no quiere enviarte fotos desnuda, deja de insistir
Un chico presiona a una chica para que le envíe una foto desnuda y ella, aunque al principio no quiere, acaba haciéndolo. Unos días más tarde la foto está en los teléfonos de todo su instituto, incluyendo profesores y padres. Por los pasillos corren las acusaciones contra ella, ha sido una irresponsable al hacer esto, pero nadie dice nada de él.
No son pocas las veces que nos han aconsejado no enviar desnudos a nadie, porque no se sabe qué puede pasar. Aunque hay a quien pueda parecerle divertido, la mayoría de las jóvenes que las envían suelen hacerlo presionadas por los chicos, según un estudio realizado por Sarah E. Thomas y publicado hace unos días en The New York Times.
El estudio ha analizado a unas 500 jóvenes que participaron entre 2010 y 2016 en A Thin Line, una campaña de MTV contra el cyber bullying,el sexting y el acoso sexual en Internet donde los jóvenes podían hacer consultas de manera anónima. Dos terceras partes de las chicas analizadas, que tenían entre 12 y 18 años, habían sido víctimas de estas presiones por parte de algún hombre con el que mantenían una relación de carácter romántico/sexual.
En la mayoría de los casos los chicos acaban convenciendo a las chicas con promesas de amor y discreción. Ellas, aun sabiendo lo “peligroso” que es, acaban cediendo por miedo a que las dejen o a que difundan otras imágenes. En algunos casos, posteriormente las peticiones se vuelven constantes y agresivas, las jóvenes empiezan a sufrir acoso y amenazas si no las envían.
El estudio revela cómo las mujeres no actúan en el terreno sexual de acuerdo a lo que ellas quieren, sino que se dejan guiar por los comportamientos y deseos masculinos. Los chicos de las historias analizadas “tienen el poder de negociar los términos de la relación y definir cómo debe ser“. Igualmente, la autora señala que casi todas las jóvenes no creen que el comportamiento amenazante de los chicos sea un problema, ni les denuncian ni critican por compartir las fotos que les envían, mientras que se refieren a ellas mismas y al resto de chicas como “asquerosas”, “estúpidas” u “horribles”. Es decir, acaban culpándose a sí mismas.
La conclusión es que ellas saben que no “pueden” hacerlo y que en muchos casos ni siquiera quieren enviar las fotos, sin embargo lo hacen obligadas al tener interiorizado que es la mujer la que debe complacer al hombre. Ellos, por el contrario, lo hacen porque no les han enseñado que las relaciones requieren “respeto, consentimiento y aceptación de límites”. Por eso el mensaje debería cambiar. No solo hay que decirle a las chicas que no las envíen, también hay que decirles a los chicos que no las pidan, concluye sobre este estudio Lisa Damour, psicóloga y escritora.

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