¿UTOPÍA O
DISTOPÍA?
Varios sociólogos, emprendedores y
sexólogos se han atrevido a vaticinar qué ocurrirá con la sexualidad humana
durante las próximas décadas, y parece prometer bastante
En el libro de 1984 The
Second Self: Computers and the Human Spirit, la socióloga y profesora de la Universidad de Harvard
Sherry
Turkle reproducía una entrevista con un tal Anthony
que reconocía que, después de haber probado suerte con distintas mujeres, prefería la compañía de su
ordenador. 30 años antes, la fantasía
presentada por Spike Jonze en Her ya comenzaba a tomar forma en
la mente de muchas personas. Y ese es tan sólo el principio, como explican
diversos expertos cuyas opiniones han sido reproducidas en los medios
americanos durante las últimas semanas.
Frente a la visión
apocalíptica que algunos mantienen, como es el caso del profesor de Cambridge David Spiegelhater,
que opinaba que la despreocupación de los jóvenes por el sexo provocaría que, a
este paso, el sexo podría desaparecer en 2040, todos los expertos coinciden en
su optimismo sobre el futuro. En parte, porque el abanico de oportunidades que
se abre ante nosotros es vastísimo e irá acompañado de un sexo mucho más seguro;
en parte, porque muchos de ellos tienen importantes intereses económicos en que
se invierta en sus proyectos, y para ello ya se sabe que no hay nada como
presentarlos como la panacea. ¿Cómo haremos el amor en 2050, según estos
visionarios?
La desmitificación del sexo
Quizá sería muy inocente
considerar esto como el futuro y no el presente, pero es un punto de partida de
radical importancia, como señala la terapeuta y sexóloga Laura Berman
en uno de sus artículos. Internet ha conseguido todo aquello que la revolución
sexual de los años sesenta no logró, y eso es desmitificar el sexo y conseguir
que seamos mucho menos celosos de nuestra intimidad. Hace diez años,
buscar pareja por Internet parecía ser el culmen de la desesperación sexual;
hoy en día, es algo de lo más común.
Orgasmos a distancia
Hace décadas, era el sexo
telefónico; hoy, lo es el sexting o el cybersexo, prácticas en las que
dos personas que se encuentran lejos en el espacio mantienen relaciones
sexuales a partir de la estimulación (psicológica) mutua. Muy pronto, afirman los
expertos, esta situación en ocasiones frustrante puede ir un paso más allá al
ser capaz de excitar a nuestra pareja con un simple clic del ratón.
Aunque suena distópico, ya
hay proyectos que están intentando que esto ocurra. Es el caso de Kissinger
–nada que ver con el político y sí con la palabra “beso” en inglés, “kiss”–, un
invento del profesor la
Universidad de la
Ciudad de Londres Adrian David Cheok, que consiste en un dispositivo que imita
una boca real y que
reproduce los movimientos que, a distancia, realiza otra persona con su lengua
y labios. En definitiva, lamiendo la pantalla podemos proporcionar sexo oral a
la pareja que se encuentra en la otra punta del planeta. Las relaciones a
distancia serán cada vez más frecuentes, por no decir la norma (¿por qué
conformarse con el vecino si podemos ligar con cualquiera?), hasta el punto quepodremos procrear sin vernos las caras.
La neurobiología permitirá tener orgasmos sin tocarse
Si prometedora resulta la
posibilidad de hacer el amor sin contacto físico directo –con todo lo que ello
supone en cuanto a prevención de enfermedades de transmisión sexual, aún más lo
es ser capaces de estimular el cerebro para obtener orgasmos muy potentes sin
que haga falta ninguna estimulación física. Para Berman, los descubrimientos
neurobiológicos nos ayudarán a entender mejor cómo funciona el cerebro durante
el orgasmo, algo que no sólo echará a una mano a los más vagos sino que también
servirá para mejorar la vida sexual de las personas con discapacidades físicas.
Ser heterosexual o gay es algo del pasado
Para la sexóloga, definir
nuestra orientación sexual con una palabra pronto será algo del pasado. ¿Gay,
heterosexual, bisexual?... Pronto todos seremos un poco de todo, como muestra
que la mayor parte de jóvenes se definan como “en principio, heterosexuales”,
una definición que deja la puerta abierta a probar nuevas experiencias… En las
que la transexualidad
tendrá un peso aún mayor.
Pronto
podemos interactuar de manera individualizada con las actrices porno
La lucha contra la disfunción
sexual femenina
El Viagra supuso un gran
espaldarazo a la mejora de la salud sexual masculina pero, como recuerda
Berman, vivimos en una sociedad centrada en los hombres y que pasa
absolutamente por alto las necesidades femeninas, a pesar de que estas repercuten
en ambos sexos: la FDA
ha aprobado 20 medicamentos para hombres y ninguno para mujer. Pero eso
cambiará pronto, lo que pondrá fin a las disfunciones sexuales femeninas, ese
gran y silencioso enemigo de la satisfacción en la vida en pareja.
Una nueva educación sexual
A muchos no les gustará, pero
algunos proyectos como Porn Star Sex Life, fundado por el emprendedor
neoyorquino Josh
Rosenberg, tienen el objetivo de proporcionar una educación
sexual alternativa a través de la participación de estrellas porno junto a
expertos sexólogos, con el objetivo de transmitir lecciones más realistas
sobre la prevención de enfermedades y la realidad del coito, como expone un
artículo publicado.
El nuevo porno será individualizado
Al igual que ocurre con la
educación presencial del pasado y los MOOC del presente, la pornografía también
está pasando de ser un modelo de uno a muchos (un productor difunde un vídeo a
muchas personas) a ser otro modelo de muchos a muchos (cada persona es un
productor de contenidos pornográficos que cuelga en la red). Ello también
implica que las estrellas porno dejarán de rodar películas y pasarán a
centrarse casi exclusivamente en la relación individual con los usuarios, como
ocurre con el sitio Web Dream Lover. Como explica en Vice Sydney Leathers,
célebre por sus conversaciones subidas de tono con el político Anthony Weine, “el sexting con estrellas porno será
probablemente la nueva tendencia”. Es algo muy semejante a lo que ya está
haciendo Ceara
Lynch, la próspera “humiliatrix” que ha montado un interesante
negocio en la red.
Sexo con robots
Dejamos para el último lugar
el más esperado de todos los adelantos tecnológicos relacionados con el sexo:
la posibilidad de hacer el amor, abrazar, enamorarnos y casarnos
con un ser de inteligencia artificial. En el artículo de Vice, el
fundador y CEO de Revel Body, una compañía de juguetes sexuales robóticos, nos
recuerda que los androides tienen la capacidad de hacer las cosas mejor que los
humanos, y si alguien no está de acuerdo, no hay más que recordar el gran éxito de la Roomba,
mucho más eficiente a la hora de limpiar los suelos que la escoba y el
recogedor.
De igual
forma que todos nos hemos visto obligados a utilizar móviles, puede ocurrir lo
mismo con alguno de estos adelantos
Adiós a los condones
Un nuevo método preventivo
conocido como Truvada ha cambiado de arriba abajo las relaciones homosexuales.
Este fármaco, que ya se consume en Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica, puede
prevenir el riesgo de infección del SIDA hasta en un 92% y, aunque ha recibido
críticas (los primeros meses puede dar dolores de cabeza y náuseas, así como
afectar al riñón), también puede permitir que terminemos por considerar los preservativos
como un
reducto del pasado.
El lado oscuro del sexo del futuro
No todo son ventajas, claro
está. Berman recuerda que el mayor riesgo al que nos enfrentamos es que las adicciones sexuales
aumenten, como suele ocurrir cada vez que la accesibilidad a un
producto de consumo potencialmente compulsivo aumenta, así como la pérdida de
la conexión emocional con nuestras parejas, que se multiplicarán en número.
Además, es muy poco probable que podamos sustraernos a ello. Como explica Cheok
en un artículo publicado en Newsweek, de igual forma que utilizar
el móvil para comunicarse se ha convertido en la nueva social, es posible que
nos veamos obligados a adoptar muchos de estos adelantos si no queremos
quedarnos atrás.
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