Detalle de portada de la novela 'Decirte adiós con un te quiero'
Yo misma he tenido que decir
adiós con un "te quiero", varias veces. Todas acertadas, pero no por
ello menos dolorosas. Entre otras cosas, porque una de las claves de esas
historias, a las que a una le cuesta renunciar es el sexo. No hay nada que encadene
tanto a una persona con otra como la química en la cama. Ese placer único que
te hace pensar que todo lo malo puede merecer la pena, ese placer al que cuesta
decir basta.
Sin embargo, cuando me he
sumergido en las múltiples novelas eróticas que he tenido que leer, tanto por
trabajo como por placer, no me he encontrado con ninguna de estas historias.
Cuando había enganche sexual, por norma, la cosa acababa en matrimonio formal
y, generalmente, incluso con la felicidad de la maternidad.
¿De verdad, los que han
vivido historias de adicción sexual han acabado en un armonioso matrimonio y
nunca en una complicada despedida? La sabiduría popular suele contar que
los amores más intensos, lo son, precisamente, porque no duran el tiempo
suficiente como para instalarse en la rutina.
No creo ser la única que lo
piensa. Cuando escribí aquí el post ‘Adictas a los amores
interminables’, muchos y muchas de vosotras compartisteis conmigo vuestras
historias, y me di cuenta de que ese sentimiento, lejos de ser algo particular,
era algo casi general.
¿Por qué solo hablar,
entonces, de las historias en las que siempre se acaba comiendo perdices? ¿Por qué no hablar también
de las simplemente marcaron un antes y un después en nuestra vida?
Porque de esas todos hemos tenido.
Así, las letras fueron
narrándome la historia de tres amigas, que se reencuentran en un momento de su
vida. Es el momento de crecer, de madurar, de asumir que, también, debemos
despedir nuestra etapa de juventud, para poder convertirnos en las personas que
queremos ser en el futuro. Porque renunciar a lo que se quiere, cuando no
conviene, también forma parte del proceso de crecer.
Decirte adiós con un te
quiero (Editorial Versátil) es para
mí más que una novela erótica, o romántica porque aunque tiene escenas de sexo,
y muchas, y escenas románticas, también unas pocas, es sobre todo una forma de
hablar de la vida. De lo que es para la mujer la amistad, el amor, el sexo, la
familia, la realización profesional, la necesidad de conseguir sueños, y la
necesidad de despedirse de algunas cosas para conseguir otras.
Es una forma de abrirse a las diferentes
formas de amar, y de entender el amor físico, hacia el otro sexo, el propio y
sobre todo, hacia una misma. Es una novela que habla de atreverse, de vivir, de
darse segundas oportunidades. Es un relato en el que aparecen juguetes
eróticos, viajes, escenas divertidas, y datos curiosos que no sabías. Es una
historia para disfrutar y para pensar, y es, espero, uno de esos libros que,
cuando acabas, cierras con una sonrisa.
Es mi paso de los relatos
cortos al género de la novela y, por tanto, mi forma de hacerme mayor, también
como escritora. Es parte de mi alma al desnudo, y no podía deciros ‘te quiero’,
de mejor forma que esta. Lo que no hago es deciros adiós, porque como en el
libro algunos amores sí que son para siempre.
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