Aunque sabe que su proyecto
no será aprobado, Farrar, con una larga trayectoria como militante de los
derechos de la mujer, logró el objetivo que buscaba: llamar la atención de los
legisladores hombres y despertar el debate público al exponer algún tipo de
equivalencia masculina para los problemas que sufren las mujeres en uno de los
estados más restrictivos respecto del aborto de los Estados Unidos y que pone
más trabas para acceder a productos y tratamientos para la mujer.
Foto articulo
“Miremos lo que Texas le ha
hecho a las mujeres”, dijo Ferrar a la
CNN. “¿Qué pasaría si los hombres soportasen los mismo
procedimientos invasivos?”.
En su irónico proyecto de
ley, Ferrar argumenta que es necesario penalizar la masturbación, porque ese
comportamiento es un atentando contra la “santidad de la vida, un acto contra
los niños por nacer”.
Hasta el nombre del proyecto
–”A Man´s Right to Know Act” (“La ley del derecho a saber del hombre”)– es un
juego de palabras con el de un panfleto que los médicos de Texas están
obligados por ley a repartir a las mujeres que consultan por un posible aborto:
“A Woman´s Right to Know” (“El derecho a saber de la mujer”). Se trata de un
texto lleno de inexactitudes (entre otras cosas, afirma que el cáncer de mama
está relacionado con los abortos) que trata de desalentar a las mujeres que
quieren detener su embarazo.
“Tenemos que tratar vidas reales”,
afirmó Farrar al recordar que Texas tiene la tasa más alta de mortalidad
materna del mundo desarrollado.
Jessica Farrar,
legisladora demócrata de Texas
Legisladores republicanos
criticaron con dureza a Farrar: “Me da vergüenza su comportamiento. Su intento
de comparar esto con el aborto muestra la falta del mínimo conocimiento sobre
la naturaleza y la biología humana”, dijo el legislador Tony Tinderholt, que
acaba de ingresar un proyecto de ley a la legislatura texana para que las
mujeres que aborten y los médicos que realicen esa práctica sean imputados de
asesinato.
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