Con los masajes en pareja se favorece el conocimiento mutuo y el propio.
Además, sirve para que cada miembro de la pareja
conozca el cuerpo de la otra persona y el propio, y qué le gusta o disgusta, es
decir, aumenta el conocimiento mutuo y el autoconocimiento del cuerpo.
Finalmente, al ser un momento de tranquilidad e intimidad, consigue aumentar el
deseo hacia la pareja”, enumera Javier del Río Olvera, del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología y vocal de la junta directiva de
la Federación
Española de Sociedades de Sexología (FESS).
Entonces, ¿los masajes constituyen una manera de
aumentar la conexión entre la pareja? “Sí, al incrementar la intimidad y el
conocimiento entre ambos, se eleva la conexión que existe entre ellos. No hay
que olvidar que los masajes tienen una preparación, como hablar y decidir
realizarlos, elegir el tipo de aceite que van a utilizar, cuándo lo van hacer,
etc., y toda esa comunicación también favorece la conexión entre los dos”, responde
el experto.
Juego erótico más que preliminares
Según Del Río, en Sexología no es adecuado hablar de
preliminares, ya que es un término que hace referencia a algo que ocurre antes
de que suceda lo importante, y cuando se habla de sexo parece que lo único
importante es el coito, y al final se fomenta una sexualidad excesivamente
‘genitalizada’.
Por esa razón, continúa el sexólogo, “es preferible
hablar de juegos eróticos, y dentro de este concepto pueden englobarse desde
los masajes hasta la utilización de algún juguete erótico o cualquier
otra práctica sexual, sin necesidad de ‘genitalizar’ la sexualidad”.
Sobre si los masajes eróticos favorecen el orgasmo
femenino, el vocal de la FESS comenta: “No hay recetas mágicas para que una
mujer pueda experimentar el orgasmo con más facilidad, cada mujer es diferente
y tiene gustos distintos. Lo importante es el conocimiento de su propia
sexualidad y que sea egoísta buscando su placer. Lógicamente, que se introduzca
un juego erótico en el que ella se sienta tranquila, estimulada, y sin
presiones por terminar pronto, favorecerá que pueda experimentar el orgasmo”.
Claves para dar un buen masaje erótico
Para dar un buen masaje erótico hay que estar
tranquilos, tener paciencia, escuchar a la pareja, tanto lo que nos dice como
lo que transmite con su cuerpo y con su piel, y, finalmente, hay que ser
generosos.
Respecto a la duración, Del Río señala que el tiempo
lo marca la propia pareja, no hay un tiempo mínimo ni máximo, lo único
importante es que la pareja disfrute de lo que está haciendo.
Cosquillas, ¿sí o no?
El sexo tiene que ser algo divertido para los dos y
reírse suele ser divertido, aunque en un masaje erótico se suele buscar la
relajación, la serenidad y el deseo. Por tanto, siempre que ninguno de los dos
tenga ningún inconveniente, y no vaya en contra de la relajación, de la
serenidad, ni del deseo, las cosquillas se podrían incluir.
Zonas erógenas
Todo el cuerpo puede ser erógeno. Normalmente, las
zonas que las personas identifican como erógenas suelen ser las genitales, pero
si se dejan estimular otras zonas de su cuerpo y sienten el placer que esas
zonas les provocan, descubrirán más áreas que les proporcionan sensaciones
placenteras.
Música, luz, olores…
“Con el masaje se pretende generar un momento de
profunda intimidad entre ambos miembros de la pareja. Por ello, todos los
elementos que se puedan incluir para aumentar esa intimidad favorecerán la
experiencia del orgasmo. Sería necesario que la ubicación, la música, la luz,
los olores y los sabores que se van a experimentar en el encuentro, sea para un
masaje erótico o para cualquier otro juego erótico, sean decididos por ambos
miembros de la pareja”, explica el miembro del Instituto Andaluz de Sexología y
Psicología.
De hecho, actualmente hay diferentes corrientes que
pretenden dar recetas para que las parejas puedan darse masajes eróticos,
normalmente con nombres exóticos. Estos masajes serán algo positivo siempre que
a la pareja le resulte interesante y lo viva como un juego más dentro de la
relación.
Ana Callejo Mora
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