Silvio Berlusconi, con su
exesposa Veronica Lario en 2004. CORDONPRESS EFE
La segunda exesposa
de Silvio Berlusconi, Veronica Lario, deberá devolver al
magnate italiano unos 60 millones de euros que ha recibido tras el divorcio, según ha ordenado el Tribunal Supremo italiano este
pasado fin de semana. Esta corte confirma así la sentencia dictada por el
Tribunal de Apelación de Milán en noviembre de 2017, que ya dio la razón a Berlusconi.
El Tribunal Supremo
considera que Berlusconi cumplió debidamente sus obligaciones económicas con su
exmujer cuando estaban
casados y le proporcionó bienes muebles e inmuebles de valor excepcional, según
informan los medios italianos. Del lado contrario, los magistrados creen que
Lario no incrementó en ninguna medida la fortuna de su exmarido, por lo que los
60 millones que ha recibido tras el divorcio deberán ser reembolsados a
Berlusconi.
La disputa entre
Berlusconi y Lario comenzó en mayo de 2009 cuando ella pidió el divorcio a raíz del escándalo por la
aparición en la prensa de unas fotos en las que el político conservador asistía
al cumpleaños de una joven de 18 años. Berlusconi y Lario mantuvieron una
relación sentimental de casi 30 años, de los cuales 19 estuvieron casados, y
tuvieron tres hijos: Bárbara (1984), Eleonora (1986) y Luigi (1988), que se
sumaron a los dos que Berlusconi tuvo con su primera esposa, Pier Silvio (1969)
y Marina (1966).
En diciembre de 2012
el Tribunal de Milán estableció para Lario una pensión de tres millones de
euros al mes, sentencia que fue recurrida por Berlusconi.
Verónica Lario. Foto Internet
Cuatro años más
tarde, en junio de 2016, el Tribunal de Monza rebajó la suma y falló que Berlusconi debía pagar una pensión de 1,4 millones de
euros al mes a su
exesposa. Una cuantía que los abogados del dueño de Mediaset seguían
considerando excesiva y lograron invalidar en noviembre de 2017. Entonces, el
Tribunal de Apelación de Milán estableció que Lario debía devolverle los 45 millones de euros recibidos hasta la fecha como
pensión después de que los letrados de Berlusconi argumentaran que la exactriz
disponía de más de 16 millones de liquidez, joyas, sociedades e inmuebles y que
los tres hijos de la expareja eran mayores de edad y autosuficientes.
Silvio Berlusconi y
Miriam Raffaella Bartolini (el verdadero nombre de Lario) se enamoraron en
1980, cuando él empezaba su carrera como emprendedor y ella era una joven
bailarina. Se casaron por lo civil en 1990 y se separaron a las malas en 2009, protagonizando el divorcio más sonado de Italia.
Cinco años más tarde, la primera sentencia de divorcio cerró oficialmente el
enlace y abrió la contienda alrededor de la cantidad que el político y magnate
debe pagar en concepto de pensión y que aún no parece cerrarse.
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