Un estudio en EE.UU. ha
visto un incremento de este síndrome que se produce como respuesta a la
angustia física o emocional y causa disfunción o fallo en el corazón
La pandemia de covid-19 se asocia con un aumento
significativo en pacientes que experimentan miocardiopatía por estrés, también
conocida como síndrome del corazón roto. Lo han visto investigadores de la Clínica Cleveland (EE.UU.) y lo publican hoy en «JAMA Network
Open».
El síndrome del corazón roto se produce como respuesta
a la angustia física o emocional y causa disfunción o fallo en el músculo
cardíaco. Los pacientes experimentan síntomas similares a un ataque cardíaco,
como dolor en el pecho y dificultad para respirar, pero habitualmente sus
arterias coronarias no están obstruidas. Sin embargo, el ventrículo izquierdo del
corazón puede mostrar agrandamiento.
Otros síntomas incluyen latidos cardíacos irregulares,
desmayos, presión arterial baja y shock cardiogénico (incapacidad del corazón
para bombear suficiente sangre para satisfacer las demandas del cuerpo debido
al impacto de las hormonas del estrés en las células del corazón).
«La pandemia ha provocado múltiples niveles de estrés
en la vida de las personas en todo el mundo. Las personas no solo están
preocupadas por ellos o sus familias, sino que además se enfrentan a problemas
económicos, emocionales o sociales y a la soledad y aislamiento», señala Ankur
Kalra, quien dirigió el estudio. «El estrés puede tener efectos físicos en
nuestros cuerpos y nuestros corazones, como lo demuestran los diagnósticos
crecientes de miocardiopatía por estrés que estamos experimentando».
El síndrome del corazón roto
se produce como respuesta a la angustia física o emocional y causa disfunción o
fallo en el músculo cardíaco.
Las causas de la miocardiopatía por estrés, también
conocida como miocardiopatía de Takotsubo, no se han determinado completamente.
No obstante, los médicos creen que la reacción de una persona a eventos
estresantes física o emocionalmente provoca una liberación de hormonas del
estrés que reducen temporalmente la capacidad del corazón para bombear, lo que
hace que se contraiga de manera menos eficiente o irregular en lugar de un
patrón normal constante.
Los cardiólogos, en este trabajo, observaron a 258 pacientes
que ingresaron con síntomas cardíacos conocidos como síndrome coronario agudo
(SCA) entre el 1 de marzo y el 30 de abril y los compararon con cuatro grupos
de control de pacientes con SCA antes de la pandemia.
Así, encontraron un aumento significativo en los
pacientes diagnosticados con miocardiopatía por estrés, alcanzando el 7,8% en
comparación con la incidencia pre-pandémica del 1,7%.
Los pacientes con miocardiopatía por estrés durante la
pandemia de covid-19 tuvieron una estancia hospitalaria más prolongada en
comparación con los hospitalizados en el período previo a la pandemia; sin
embargo, no hubo diferencias significativas en la mortalidad entre los grupos.
Todos los pacientes diagnosticados con miocardiopatía por estrés dieron
negativo para covid-19.
El ejercicio, la meditación y la conexión con
familiares y amigos, al tiempo que mantienen distancia física y medidas de
seguridad, también pueden ayudar a aliviar la ansiedad.
«Mientras la pandemia continúa evolucionando, el
autocuidado durante este momento difícil es crítico para la salud de nuestro
corazón y nuestra salud en general», afirma Grant Reed, autor principal del
estudio. «Las personas que se sienten abrumadas por el estrés, tienen que
comunicarse con médico de familia. El ejercicio, la meditación y la conexión
con familiares y amigos, al tiempo que mantienen distancia física y medidas de
seguridad, también pueden ayudar a aliviar la ansiedad».
La mayoría de los pacientes con miocardiopatía por
estrés recupera su función cardíaca en cuestión de días o semanas, aunque la
afección ocasionalmente puede causar eventos cardíacos y cerebrovasculares
adversos importantes e, incluso, puede ser mortal. La miocardiopatía por estrés
generalmente se trata con medicamentos para el corazón para disminuir la
presión arterial y disminuir la frecuencia cardíaca. Se pueden recetar otros
medicamentos para ayudar a controlar el estrés.
R. I.
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