La romería del Xiringüelu de
Pravia (Asturias) ha dejado un reguero de polémicas. A la carga policial con la
que acabó la fiesta en la madrugada del lunes en el prado de
Salcedo, después de que la
Guardia Civil tuviera que intervenir para desalojar el bar
ante una multitud que asaltaba la barra, se une la difusión ayer de un vídeo sexual grabado
en plena fiesta, el domingo.
Las imágenes han corrido como
la pólvora por los Whatsapp. En ellas se ve a dos romeros, chico y chica, manteniendo
relaciones sexuales entre dos casetas. La chica, a la que se ve
en primer término, trata de evitar la grabación levantando la mano. Luego
parece que el chico se suma a la petición de que se deje de grabar. Ya era
tarde. Se hizo el vídeo, que apenas dura unos segundos, pero que ya ha sido
compartido por las redes y entre los teléfonos móviles por miles de personas. Más allá de las bromas y
el escándalo, está el hecho de que la difusión de este vídeo constituye un
delito, algo que ya ha sucedido en otras ocasiones y que ha llegado incluso a los
tribunales. El Código Penal prevé penas de cinco años
de prisión e incluso siete si se publican con fines lucrativos, a lo que hay que añadir si las
víctimas -en este caso, los protagonistas de las grabaciones- optan por
defender sus derechos ante el juez. Por el momento, según las fuerzas de
seguridad, no se ha presentado denuncia alguna por la difusión del vídeo.
Sonado fue el caso de las fiestas de
San Timoteo de Luarca, donde una pareja fue grabada manteniendo
relaciones en 2012. La denuncia de ambos llevó a prestar declaración ante el juez a
más de 100 personas y resultaron imputadas más de una veintena.
El llamado "vídeo porno de San Timoteo" provocó una exhaustiva
investigación en el afán de la
Justicia de concienciar sobre la trascendencia social y los
daños morales que puede causar el uso imprudente o irresponsable de las nuevas
tecnologías
Pero ha habido más casos. El de una menor en
Castrillón, cuyas fotos desnuda fueron difundidas en la red. En
Avilés, una joven fue grabada desnuda en una comida en la calle, y en Gijón
tuvo una difusión masiva un vídeo sexual de una pareja en un cajero.
Respecto al vídeo del
Xiringüelu, lo que ocurra está por ver. Impacto han tenido también las
imágenes, muy difundidas, de la carga policial en el bar. En la Cofradía del Xiringüelu un integrante que se vio
implicado ha llegado incluso con ofrecer su dimisión, algo que sus compañeros confían en
que sea producto del malestar del momento. Los organizadores esperan que el paso del
tiempo ponga las cosas en su sitio, se calmen los ánimos y
mantienen su defensa de las fuerzas del orden.
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