La celebérrima escena de la ducha
Dirigido por Bob Clark en
1982, el filme es una desmadrada comedia sobre un grupo de chavales en su
último año de instituto, en los años 50, en una localidad ficticia del norte de
Florida (es decir, del profundo Sur de Estados Unidos, porque, como todo el
mundo sabe, en Florida, cuando más al norte, más al sur), obsesionados con el
sexo y con perder la virginidad. Entre bromas y gamberradas, un día
deciden ir a un club de carretera, el "Porky's" del título, donde son
maltratados y estafados. A partir de ese momento, todo girará en torno a su
venganza.
Lo primero que llama la
atención del filme es que se mantiene de plena actualidad: el retrato de los
adolescentes es tan realista que se puede aplicar perfectamente a los jóvenes
de hoy en día. Y la mayoría de los chistes siguen funcionando a la perfección,
sobre todo la escena en que los protagonistas espían a sus compañeras en las
duchas (en la que se inspira el póster) y la que explica el mote que recibe la
profesora de gimnasia, Lassie. Un personaje que, por cierto, está interpretado
por una jovencísima y semidesconocida Kim Cattrall y que anticipa con
clarividencia el rol que la convertiría en una estrella mundial, el de Samantha
en "Sexo en Nueva York", desnudo de cintura para abajo incluido.
Pero eso no es lo único.
El personaje de la señorita Ballbricker,
presentado como una caricatura, se mantiene como prototipo de la
intolerancia y el fanatismo. Y el retrato del sheriff del condado denuncia sin
medias tintas el nepotismo, la corrupción y el racismo que todavía siguen,
lamentablemente, en vigor en muchos estados de la Unión, como se ha podido
comprobar en recientes sucesos.
Otra cosa que llama la
atención de la película es que, rodada en pleno reaganismo, supuestamente una
época retrógrada y sumamente conservadora, rezuma espíritu libertario y la
autocensura que caracteriza el cine americano actual brilla por su ausencia. El
sexo está tratado con gozosa libertad, tanto verbal como visualmente, la
cuestiones sociales más espinosas no son ningún tabú y la muy molesta
corrección política brilla por su ausencia.
Definitivamente,
"Porky's" no es ninguna obra maestra. Pero es una película divertida,
rompedora y por la que no pasa el tiempo. También es una película que creó
escuela y marcó el nacimiento de un subgénero. Y, sobre todo, es un perenne
recordatorio de que la adolescencia es una época irrepetible. Para lo bueno y
para lo malo.
http://www.metropoli.com/blogs/sonar-despierto/2015/05/23/adolescentes-en-celo-de-ayer-y-de.html?intcmp=HEMSUPL
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