“Una vez que el mar suelta su hechizo, lo atrapa a uno en su red de dudas para siempre” – Jacques Cousteau.
A todos nos gustan distintos
paisajes. A algunos les gusta el campo, o las montañas, y a otros el mar. Pero
por lejos, el mar está ganando ahora.
Vengo de una ciudad pequeña
pero lo suficientemente urbanizada. Y lo mejor, es que es pequeña y de todas
partes puedes ver su costa. Ver el mar, sentir su aroma, tener la playa
bordeando el lugar en el que vives, es realmente un privilegio. Siempre estar
cerca de una fuente y/o ambiente más natural te hará sentir mejor que estar rodeada
solamente por bloques y carreteras, pero hay estudios que
pueden comprobar los beneficios de crecer y vivir junto al mar, en especial
para tu salud emocional.
Foto Sjana Earp
De alguna manera, estamos
programados para reaccionar positivamente ante ambientes despejados, que nos
hagan sentir más conectados con la naturaleza. Pero la playa tiene un toque
especial, algo, que hace que nuestro cerebro se sienta más relajado
inmediatamente al ver mar y arena, más cuando son balnearios o islas paradisíacas,
ideales para solo tumbarse en la arena y descansar. Quizás puede ser porque en
nuestra mayoría estamos compuestos de agua, o quién sabe, pero es así como se
ha dado.
Vacacionar junto al mar o,
aún mejor, vivir junto a él, sin importar si es un lugar lujoso o con menores
recursos, demuestra que ayuda a vivir más feliz y tranquilo. Además, al ayudar
a que el aire esté continuamente circulando, entre otras cosas, influye en una mejor salud
de quienes están cerca de él. Su sola imagen y saber que el mar
está a pasos de uno, sirve de manera terapéutica física y psicológicamente, por
eso es que muchos centros de tratamiento tanto de enfermedades como de
relajación, buscan la playa como ubicación. No es puro marketing, es real.
Incluso, está probado que
la
mezcla del aire marino, con el sonido de las olas dan una relajación sin igual
para quienes disfrutan continuamente de esta postal, lo que ayudaría a dormir mejor y aumentar la creatividad. Es tal como
cuando estás en la ducha y llegan tus mejores ideas, pero potenciado aún más.
Foto Sjana Earp
Todo esto está relacionado
también con el color. Entre el cielo y su reflejo en el mar, el paisaje se impregna de
azul, que tiende a ser el color favorito más repetido a gran
escala entre las poblaciones, además de que está psicológicamente probado que
lo relacionamos a un sentimiento de calma y serenidad, ayudándonos a
relajarnos, especialmente al estar cerca de el.
La mejor terapia o momento de
relajación que puedes tener es, sin duda, caminar por la playa Además de
rodearte de este tranquilizante color, la deliciosa sensación de la arena en
tus pies, tal como sucede cuando caminas descalza por el pasto, te transmitirá una sensación
de estar conectada con la
Tierra,
y nos hace sentir mejor y más humanos – por así decirlo. Yo creo que sí, esta
es la mejor receta para sentirse feliz, tranquila y recargar energías. ¡A la
playa!
Por Valentinne Rudolphy
No hay comentarios:
Publicar un comentario