domingo, 7 de junio de 2015

Cuando el sexo se camufla entre la música de los festivales madrileños

El verano es época de conciertos y muchos jóvenes los aprovechan para tener encuentros sexuales sin ataduras

Muchas prácticas anglosajonas tardan tiempo en instaurarse en nuestras fronteras. Los festivales de música llevan años siendo parte de la vida de ingleses o estadounidenses (solo hay que acordarse del festival de Woodstock y las cientos de imágenes que nos dejó), aunque en España estamos más acostumbrados a conciertos con tres o cuatro grupos y en locales cerrados.
Pero como cantaba Bob Dylan, los tiempos están cambiando y también las prácticas juveniles, y por ese motivo, cada vez son más los chavales que no acuden a estos festivales por la música si no por lo que se pueda encontrar fuera del escenario.
Lo de «sexo, drogas y rock and roll» es ya todo un clásico, pero también es una auténtica realidad. Con el Primavera Sound en Barcelona, queda inaugurada la carrera festivalera que se extiende por muchos puntos del país.
La música ya no es lo más importante en los festivales
Madrid en concreto tiene varias citas musicales donde muchos jóvenes aprovechan para mantener encuentros sexuales al ritmo de sus artistas favoritos. Según el portal británico MSN, en Reino Unido un 25% de los jóvenes que asisten a estos festivales pasan el tiempo bebiendo o teniendo sexo con desconocidos en lugar de asistir a los conciertos.
Y de hecho, muchos de estos jóvenes admiten que son prácticas que nunca llevarían a cabo fuera de esos ambientes, es decir, que son mucho más propensos por la atmósfera que se crea.
«A mí me parece que es porque bebes más de la cuenta», cuenta Marta, una madrileña de 24 años, asidua a estos festivales. «Estás en un ambiente distendido y conoces a muchísima gente joven. Además en los que puedes acampar tienes la facilidad de poder hacerlo en la tienda, no en la calle o en el coche, porque un hotel en Madrid cuesta una pasta», explica.
La «extrema excitación» de los conciertos
En Madrid hay pocos festivales con estas características ya que casi todos los que celebra la capital solo duran un día y son urbanos. Aunque esos pueden ser más sugerentes porque significa que la velada puede acabar en el piso de algún otro fan con el que congenies en lugar de en una tienda de campaña plantada en medio de una pradera.
Uno de los lugares más prometedores para los festivales es la Complutense. Eventos como el Dcode y otros conciertos menores, son especialmente sugerentes porque son sobre el césped y cualquier excusa es válida para alejarse entre la protección que ofrecen las distintas facultades.
Pero hay muchos más, por ejemplo los festivales de música electrónica como A Summer Story o el Mulafest, que junta música y arte, y donde muchos jóvenes disfrutan del evento... y de algo más. Jim Morrison, el legendario cantante de The Doors, explicaba en una entrevista que la «histeria colectiva», la «gente mezclándose» y la «electricidad» que existía entre el público de un concierto producía una «extrema excitación». Y si lo ve así el cantante, mucho más el auditorio.
Eso sí, no hay que emocionarse demasiado. Según la periodista americana Karley Sciortino, que escribe para medios como Vogue o Vice sobre sexo y relaciones, no hay que tomarse muy en serio estos encuentros ya que la música y el entorno pueden hacer que te encariñes demasiado de algo que solo funciona con un escenario de fondo.
http://www.abc.es/madrid/20150531/abci-sexo-festivales-musica-201505291636.html

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