Las claves de su longevidad:
espíritu positivo, soltería y factor genético y dieta: dos huevos al día, un
poco de carne picada cruda, un plato de sopa y fruta
Emma come un
plato de sopa y fruta, además de dos huevos al día, secreto de su dilatada
longevidad.
Emma Moreno, nacida en 1899,
la abuela de Europa, la más anciana del continente y al segundo puesto en la
clasificación de los más viejos del mundo, ha cumplido hoy 116 años, en su casa
de Verbania, en la región de Piamonte, al norte del país, rodeada del afecto de
amigos y parientes. Es la única persona del planeta, junto a la americana Susannah Mushatt Jones,
que nació en el siglo XIX. Su vida ha cabalgado en tres siglos, lo que le ha
permitido ver a once papas en la cátedra de Pedro, desde León XIII hasta Francisco.
Envuelta en un chal, sentada en su sofá, ha recibido la felicitación del
presidente de la República,
Sergio
Mattarella, y la bendición del Papa Francisco. En
su mensaje, el
Santo
Padre le desea «buena salud, serenidad de espíritu y todo tipo
de bien».
El Vaticano le ha enviado la «placa del peregrino», un
homenaje que se distribuirá a los mas ancianos participantes del Jubileo
extraordinario de la misericordia que comienza el próximo 8 de diciembre.
Rutina culinaria y factor
genético
La «nonnetta» (abuelita),
como la llaman familiarmente los italianos, nunca visitó Roma, pero se recuerda de haber
estado en Génova y haber visto el mar. Cuenta siempre que la
clave de su longevidad está en habituarse a horarios regulares, mantener un
espíritu positivo ante el futuro y seguir una buena dieta, que en su caso
comprendía «tres huevos día, que en los últimos años se han reducido a dos, uno
crudo y otro cocido, como me aconsejó el médico cuando yo tenía 20 años», época
en la sufría de anemia. El resto del menú es también simple: un poco de carne
picada cruda, un plato de sopa de fideos y alguna fruta, especialmente un
plátano liofilizado. Le gustan los dulces y algunas veces rompe esa rutina
culinaria con chocolatinas. Sin duda, en su caso cuenta especialmente el factor
genético: una de sus hermanas murió a los 100 años y otra con 102. Además, el
secreto de su longevidad lo ha contado recientemente al «New York Times»: Ser
soltera. En 1938, después de la muerte del hijo de pocos meses, Emma Moreno,
entonces en los cuarenta, decidió separarse del marido, un gesto inusual en la época:
«Mi marido
me maltrataba y después de la enésima humillación decidí separarme»,
confesó a «La Stampa».
No le faltaron los pretendientes, pero eligió su autonomía e independencia sin
querer volver a casarse. «No quise volver a estar bajo el mando de nadie».
Se las apaña sola
A sus 116 años sigue viviendo
sola, en un apartamento de dos habitaciones junto al lago Maggiore. No tiene
ninguna ayuda especial, ni criada, a excepción de una sobrina que cada mañana
la visita y le echa una mano para prepararle la comida. Para el resto, se las
apaña sola. Esta tarde se le ha organizado una pequeña fiesta en su casa, con
un espectáculo teatral.
Emma Moreno fue honorada por
el expresidentes Giorgio Napolitano con el título de «Cavaliere» de la Orden del Mérito de la República italiana. Un
reconocimiento a sus 47 años de trabajadora: comenzó a los 13 años a
confeccionar bolsas y se jubiló en 1954, hace 60 años. El diploma de «Cavaliere»
lo tiene enmarcado y bien expuesto en la cocina, junto a una
caja de medicinas, que apenas utiliza. Su médico la visita una vez al mes para
hacer los controles rutinarios. Emma nunca se puso una vacuna contra la gripe y
con humor, a sus venerables 116 años, le gusta afirmar sobre su salud: «Estoy bien, como un
papa».
ABCÁNGEL GÓMEZ FUENTES - abc_esCorresponsal En Roma
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