Todo muy bonito, pero va a
ser que no. La última —que no nueva— jugarreta del Barcelona con la afición del
Atlético es una auténtica tomadura de pelo. Otra de tantas que ciertos clubes
llevan a cabo cada fin de semana. Pero vayamos a lo concreto. Más allá
del estupor de jugar por tercer año consecutivo contra un equipo español en
cuartos, ahora hay que soportar los sorprendentes 84 euros que debe desembolsar
el aficionado colchonero que desee acudir al gallinero del estadio culé.
Ubicación que, como ya se podrán imaginar, ofrece una visión privilegiada del
terreno de juego… siempre y cuando le dejen llevar unos prismáticos encima.
Si no logra superar el cacheo,
no hay de que preocuparse. Cabe suponer que dentro de esos 84 euros,
lo mínimo es que le incluyan sus preciados anteojos. Y por si fuera poco, ahí
no acaba la generosidad de la directiva culé: tras hacer buena aquella pancarta
de los seguidores del Schalke 04 en San Mamés —«
¿Entrada 90€ = 1 euro por minuto? El fútbol no es sexo telefónico»— y cobrar al personal 93 euros por la ida de cuartos
de hace dos años (golazo de Diego Ribas y tal), toca dar las gracias por esta
buena, bonita y ‘barata’ rebaja de 7 euros. Con esta decisión, Bartomeu y los
suyos pensarán que al menos nadie iba a colocar un titular tendencioso con el
manido e irónico sexo telefónico. Todo muy bonito, pero va a ser que no.
Publicado por Aitor Santos Moya
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