Es mediodía y en el Cerro de
los Ángeles de Getafe, pese a que es un martes cualquiera, ya hay cierto
movimiento. Nada raro si no fuera porque en el pinar, además de los ciclistas y
corredores, se avistan hombres con un vestuario impropio para el lugar; camisa,
pantalón largo y hasta chaqueta. Unos se adentran entre los árboles y otros
esperan sin rubor en el aparcamiento anexo a la entrada, en ambos casos con la
intención de encontrar a un desconocido
para tener sexo. Este problema, sin embargo, solo es la punta
del iceberg en la degradación del centro geográfico de España, cada vez más
deteriorado y sucio, invadido por preservativos usados y escenario de robos.
Cerro de los Ángeles
de Getafe,
El abandono progresivo del
cerro, en cuya parte más alta se ubica el complejo religioso –monumento al
Corazón de Jesús, basílica, ermita y convento de las Carmelitas Descalzas –, ha
colmado la paciencia de quienes frecuentan este espacio verde, hastiados por la impunidad con la
que los participantes del «cruising» (sexo al aire libre entre homosexuales) se
han hecho con la zona, sin importar el día ni las circunstancias de este.
Sirva como ejemplo de esta
problemática el pasado 10 de mayo. A pesar de que la imagen de Nuestra Señora
de los Ángeles, acompañada por cientos de fieles, abandonaba la basílica para
ir a la Catedral de Getafe, con motivo de las fiestas de la localidad, estos
sujetos mantenían su actividad, ajenos a lo que ocurría a su alrededor. «Es que
no se cortan ni un pelo,
es una vergüenza», relatan Ana y Javier, una pareja de ciclistas que acuden al
pinar casi todos los fines de semana.
El cerro ha perdido masa arbórea y el circuito para
deportistas que tenía hace años ha desaparecido
No les falta razón. ABC ha
sido testigo de cómo a plena luz del día estos hombres mantienen relaciones
sexuales sin ningún recato, especialmente en una caseta abandonada y oculta en
el pinar, pero también en el aparcamiento. El disimulo que aún mantienen unos
pocos decrece a medida que llega la noche y el fin de semana. Hasta la madrugada,
el trajín de vehículos es constante en este punto a las afueras de Getafe
–junto a la autovía de Andalucía –, también por parejas de heterosexuales que
acuden con su coche, pero en menor medida. «Esto ya no es otra cosa que un
picadero», valora cabreado un «runner» habitual.
El problema, además de la
difícil convivencia, remite a la suciedad que estos encuentros sexuales
generan. Basta con caminar unos 300 metros por cualquiera de los senderos para
encontrarse, como mínimo, con una decena de preservativos usados.
Preservativos usados
Los profilácticos trufan todo
el bosque, casi siempre acompañados del envoltorio. «Es algo con lo que
lidiamos a diario, si te vas a la caseta ya es impresionante», detalla uno de
los operarios de limpieza, que asegura que la proporción de condones con otro
tipo de residuos es «muy superior». «Es necesario que arreglen esto, aquí vienen familias con niños»,
apunta un joven que prefiere no dar su nombre. No obstante, en los merenderos y
caminos del pinar también es habitual encontrar papeles, latas y envases.
Fuentes policiales explican a
este diario que este fenómeno ha crecido exponencialmente en los últimos años,
habida cuenta de que antes se desarrollaba en una zona cercana de Perales del
Río. Respecto a las causas, detallan que la vigilancia policial ha disminuido,
si bien es un tema «complejo» de
abordar. «Si no vemos que haya un menor o prostitución no
podemos hacer gran cosa», añaden. Una solución, sugieren, es una mayor
presencia con «ánimo disuasorio».
Los
problemas en el recinto conviven con la actividad religiosa de la Diócesis, que
sugiere al Ayuntamiento cerrar el cerro por la noche
Llama la atención que el
«cruising» se haga a escasos minutos a pie de la zona religiosa, donde van
excursiones de niños. La Diócesis de Getafe, titular del terreno, no ha dado
ninguna declaración oficial, pero fuentes cercanas aseguran que han sugerido
varias veces al Ayuntamiento (PSOE), como encargado del mantenimiento, que cierre el cerro por la noche. De
hecho, la parte más alta está sujeta a un horario y la limpieza y cuidado es
mejor.
Dos hombres en mitad del pinar, donde se desarrolla el
«cruising»
Estas son las principales
preocupaciones, pero no las únicas. Desde hace meses también se han denunciado
robos en el aparcamiento, con la rotura de lunas de los coches aparcados. Uno
de los afectados explica que ocurre mientras corren por el pinar: destrozan la ventanilla y hurgan en la guantera.
No obstante, desde la Policía Nacional señalan que, aunque son hechos
contrastados, hasta la fecha no hay constancia de que haya un número de hurtos
preocupante en la zona.
Pero todavía hay más. Impulsa
Getafe, un nuevo partido en el municipio, denuncia que la inversión es «nula». Roberto Benítez, portavoz de la
formación, sostiene que se ha perdido «mucha masa arbórea» y que el circuito
que había para deportistas ya no existe. «La degradación es palpable, no solo por
el tema del sexo, también porque el Ayuntamiento no destina ni un euro para
combatir las plagas que están destrozando los árboles ni para restituir el
circuito y los merenderos que había», declara a este periódico.
Plan municipal
El Consistorio, por su parte,
asegura que «quiere reactivar» el cerro y ya trabaja en un plan para «fomentar su utilidad de ocio y
familiar, ampliando las áreas de recreo y las zonas verdes». Sobre los
encuentros sexuales, sostiene que es un tema «puntual».
Si bien el Ayuntamiento de
Getafe sostiene que los encuentros sexuales en el Cerro de Los Ángeles son un
tema «puntual», lo cierto es que tras las quejas alude a la nueva Unidad de
Convivencia y Civismo en Espacios Públicos de la Policía Local para abordar
esta problemática. Fuentes municipales detallan que esto permitirá que los
agentes patrullen en motos y bicicletas, un extremo que facilitará el acceso a
la zona. Sin embargo, el sindicato CSIT aseguran que solo se trata de un
borrador y no se ha puesto en marcha: «No tenemos herramientas para trabajar».
El Cerro de los Ángeles es
propiedad de la Diócesis de Getafe, aunque el mantenimiento y la limpieza del
espacio es tarea del Consistorio. Esto figura en el convenio firmado entre
ambos, así como por la Comunidad de Madrid y el Ministerio del Interior, en el
año 2012. Esta firma renovó el acuerdo suscrito treinta años atrás, donde se
especifica que el incumplimiento de las obligaciones contraídas por alguna de
las partes es motivo de rescisión del acuerdo.
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