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La calle Hermosilla, que se
encuentra en pleno barrio de Salamanca,
se ha convertido en un punto de visita habitual para la Policía Municipal
durante las madrugadas y mañanas del domingo y el lunes. El número 77 de esta
vía, donde hasta el año pasado funcionaba la Chocita del Loro, se ha convertido desde hace un
mes en un «after» ilegal que trae de cabeza a los vecinos cada fin de semana.
La queja habitual son los
ruidos y las molestias que generan en la calle el público asistente, sobre todo
cuando termina la sesión. «Van puestos de todo. Esto es un escándalo», afirma una residente de
uno de los portales cercanos cuando se le menciona el asunto. Prefiere no dar
su nombre, como ninguno de los que se animan a hablar de este «problema» para
evitar, sostienen, meterse en líos.
El garito no tiene
rótulo.
Las puertas son oscuras y los
cristales tintados de negro no permiten ver nada del interior. Una cámara
esférica vigila en lo alto lo que sucede afuera. Hay un timbre pulsador. El
«after» abre de 5.30-6 de la madrugada hasta las 10.30 de la mañana –aunque
depende de la jornada y el público que asista – durante los domingos y los
lunes. El acceso se cobra a 20 euros. Dentro el ambiente es gay: hombres sin
camiseta, travestís y alguna mujer, la mayoría desinhibidos por el alcohol o
alguna de las sustancias que consumen enérgicos en los aseos.
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Los ingresos económicos de
puertas para adentro son íntegros para los que regentan este local que esquiva
la legislación municipal. No tiene
licencia para funcionar como discoteca, aseguran fuentes
municipales. Sólo declaración responsable de cafetería, una argucia o coladero
para mantener abiertos este tipo de establecimientos de ocio.
La Administración municipal,
a través de la Agencia de Actividades,
tarda un año de media en decretar y cerrar los locales. Hasta entonces, los
empresarios clandestinos hacen caja y, como viene siendo habitual en este tipo
de procesos judiciales, el titular acaba declarándose insolvente y vuelve a
abrir en otro lugar, con otro nombre, a través de estas declaraciones
responsables que permite la normativa de la Comunidad de Madrid.
Fama de boca a boca
El «after» sin nombre de Hermosilla
no se publicita en ningún lado. Ni siquiera en redes sociales. Su fama va del
boca a boca. Los lunes, aseguran algunos de los residentes afectados, es el día
que más público tiene.
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«Hay lunes que me voy a
trabajar a las 7 de la mañana y esto es una fiesta. Hay travestís y parece que
el resto de la clientela entiende», comenta otro vecino cobijado en el
anonimato. Algunos no saben ni que existe, pero los residentes que conocen la
actividad coinciden en describirla como «inédita» en esta calle exclusiva del
barrio de Salamanca para vivir.
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