El alemán Olli Waldhauer
suele colocar su cámara de fotos en las calles de Cuba o Tel Aviv, frente a
villas casi abandonadas en Turquía y en celebraciones multiculturales de
Berlín. La semana pasada, el autodenominado fotógrafo político utilizó Facebook
para hacer algo diferente a su discurso habitual creando una enorme polémica.
Leer un nuevo mensaje
xenófobo en la red social fue la gota que colmó el vaso para el alemán a la
hora de crear esta protesta, cuenta a Verne por teléfono. Así que decidió
colgar una imagen de una mujer con el torso desnudo junto a un hombre con un
cartel que reza: "No compres a los
turcos". El término "kanaken" que aparece en él es jerga
despectiva con la que se denomina en alemán a los inmigrantes turcos y que, en
este caso, se combina con un conocido eslogan de los tiempos del nazismo. El
mensaje que acompañaba la foto de Waldahuer era claro y, por desgracia,
certero: "Solo una de estas dos personas está quebrantando las normas de
Facebook".
Su imagen, censurada por la
red social, recordaba que las reglas sobre la desnudez en la empresa de Mark
Zuckerberg son muy estrictas, mientras que los comentarios racistas no lo son
tanto y muchos de ellos no son eliminados. Aquel que intentaba compartir el
post original corría la misma suerte y su mensaje desaparecía en apenas unos
minutos. Solo los usuarios que autocensuraban el pezón de la mujer lograban dar
a conocer la propuesta de Waldhauer, quien buscaba "llamar la atención del
doble rasero de esta red social", ha comentado él mismo en varias
entrevistas.
Hasta hace unos días, admite
a Verne, no conocía de la existencia de la campaña Freethenipple que aboga por
relajar la estricta normativa de las redes sociales con respecto a la desnudez.
Llegó a ella después de que muchos usuarios le recomendaran echarle un vistazo
tras conocer su protesta. También fueron muchos los que conocieron su trabajo
fotográfico tras este mediático desencuentro: "Recibí más de 600 nuevos
seguidores en mi perfil profesional de Facebook en menos de 12 horas",
dice. Pero el artista defiende que el potencial de este nuevo medio como arma
artística y política "no sería nada sin un buen contenido que haga que la
gente desee compartirlo".
Ante la imposibilidad de
publicar la imagen original, Waldhauer hizo una captura de pantalla del mensaje
con el que Facebook anunciaba la retirada de la foto y se preguntaba:
"¿Puede darme una explicación, Señor Facebook? ¿Han entendido realmente lo
que estamos haciendo? Eso estaría bien. #NippelStattHetze".
"¿Puede
darme una explicación, Señor Facebook? ¿Han entendido realmente lo que estamos
haciendo? Eso estaría bien. #NippelStattHetze"
El hashtag con el que termina
sus mensajes, que significa "pezones en lugar de acoso racial", se ha
convertido en su lema virtual y el autor de la fotografía invitaba a que todo
el que lo desee se la descargue a través de WeTransfer (aunque en enlace ha
sido desactivado) y la cuelgue en Facebook. Esta invitación, también censurada
y de nuevo colgada como pantallazo, ha sido compartida 600 veces por los
propios usuarios y a través de la propia red social.
La imagen original se ha
extendido tanto que algunas versiones siguen siendo visibles. El fotógrafo no
cree que Facebook haya desistido a la hora de perseguir su imagen: "De
hecho, ayer mismo bloquearon mi cuenta durante 24 horas solo por haber
compartido un artículo sobre mí del Washington Post en el que no se publicaba
la imagen", asegura. Lo único que sabe de la reacción de Facebook es por la
prensa. "Consideran que lo que he hecho es una provocación, pero entienden
que los usuarios apoyen mi protesta. Es simple charleta típica de ellos",
afirma. "Ya veremos si hacen caso a sus propios clientes, ahora que la
protesta se está extendiendo a otros países como el vuestro".
Desde hace semanas se viene
reclamando a Facebook que no mire hacia otro lado con respecto a los
comentarios cargados de odio racial que se propagan en sus comentarios. Este
conflicto es una constante en la actualidad germana. Son cerca de tres millones
de ciudadanos alemanes los que poseen raíces turcas, casi el cuatro por ciento
de la población. Llegaron entre los años 60 como Gastarbaiter,
"trabajadores invitados" por Alemania para paliar su escasez de mano
de obra. Es la comunidad extranjera más importante del país aunque, a día de
hoy, los problemas de integración siguen siendo evidentes.
Con la reciente crisis de
refugiados, en la que el país europeo tiene un papel destacado, los comentarios
atacando a los ciudadanos extranjeros se han disparado en las redes sociales.
"En cierto modo es entendible cierta reacción negativa. En el pasado,
creían necesitar a los extranjeros y ahora ven cómo van a llegar un millón de
refugiados nuevos. Están asustados. El racismo es en realidad miedo. Por eso
creo que la discusión y abrir debate es la clave para solucionar parte del
problema", defiende. ¿El Gobierno alemán tiene en este aspecto también un
doble discurso? "Sin duda, pero todo gobierno del planeta lo tiene",
responde.
Olli Waldhauer también
colabora con
la campaña I am not a terrorist, que defiende los derechos de los
inmigrantes. "Es algo inevitable que participe en algo así. Vivo en
Berlín, una ciudad llena de musulmanes. Por Dios, sé que no todos ellos son
terroristas. ¿Cómo no defender una idea así?", explica. El término
"hetze" que aparece en su ya célebre hashtag hace referencia a mucho
más que el acoso racial, recuerda el artista alemán: "También habla de
ataques contra los gays, disminuidos mentales y físicos... así que no descarto
ampliar el proyecto a otras comunidades por las que luchar", nos anuncia.
http://verne.elpais.com/verne/2015/11/05/articulo/1446722914_529336.html
Héctor Llanos Martínez
Héctor Llanos Martínez
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