La obra de arte que fue destrozada sin querer
La guerra silenciosa que las
mujeres de la limpieza alemanas parecen haber declarado al arte contemporáneo
acaba de anotar otra batalla a favor de las primeras. El destrozo ha tenido
lugar esta vez en la iglesia evangélica Philippuskirche de la ciudad de Mannheim,
donde una encargada del aseo del templo ha tirado a los contenedores de
residuos buena parte de la instalación titulada «Vivienda 6/2016», con la que
la artista Romana Menze-Kuhn trataba de llamar la atención sobre el drama de
los refugiados. El padre Gerd Frey-Seufert ha disculpado a la atacante
explicando que «no identificó que se tratase de una obra de arte y se limitó a cumplir
con lo que creía que era su trabajo», al tiempo que ha
descartado cualquier trasfondo de xenofobia; «en absoluto, sencillamente pensó
que era basura y actuó en consecuencia».
La obra de arte en cuestión
consistía en varias mantas térmicas de supervivencia, de apariencia muy
parecida al papel de aluminio, arrugadas y desperdigadas por el suelo, delante
del altar, con las que la artista pretendía simbolizar «los escasos medios con
los que se lucha en los rescates en alta mar». «Las partes de la instalación
que faltan simbolizaban para mí las personas que necesitan ayuda, que viajan en
busca de protección y una nueva casa, una nueva vida, también en el seno de la
iglesia», ha declarado Menze-Kuhn, que por otra parte ha reaccionado con
resolución y pragmatismo.
La artista ha reconstruido parte de la instalación, ha añadido un contenedor de basura con parte de la
obra anterior en su interior, la ha titulado “Vivienda 6a/2016” y puede ser
visitada hasta el 14 febrero. «Al principio quedé bloqueada, estaba claro que
el destrozo impedía la reconstrucción de la obra, pero después entendí que
podía integrarlo en ella», ha declarado la artista, que reside en Eschborn,
Hesse, y que afirma que «sigo sin entender cómo ha podido pasar». «Estoy muy enfadada», ha
reconocido, «uno puede pensar lo que quiera de una obra de arte, pero
intervenir así es una gran falta de respeto y me ha indignado».
No es la primera vez que una
obra de arte contemporánea sufre una agresión en Alemania por parte del
personal de mantenimie0nto. En 2011, la instalación «Wenn es anfängt durch die
Decke zu tropen» (Cuando empieza a gotear el techo) del artista Martin Kippenberger
(1953-1997), valorada en 800.000 euros, fue víctima de la fregona de una señora
de la limpieza del Museo Ostwald de Dortmund. Este incidente ocurrió después de
que en diciembre de 2010 un visitante se cayese dentro de otra obra, titulada
“El espíritu de la luz» y realizada por Otto Piene.
En el más reciente caso de
Mannheim, al igual que en los anteriores, la responsable de los destrozos no
sufrirá consecuencia alguna. La iglesia Philippuskirche ha decidido correr con
los gastos ocasionados, que prefiere no concretar, y no establecer sanción
alguna contra la señora de la limpieza. «Lo que ha pasado ya ha sido
suficientemente vergonzoso para ella», ha zanjado el padre Gerd Frey-Seufert.
- rtlnext.rtl.deROSALÍA
SÁNCHEZ- Berlín
No hay comentarios:
Publicar un comentario