· Según un estudio que ha revisado datos de 164 ciudades de 36 países
En el verano del año 2003 se vivió una de las peores olas de calor en Europa desde que existen registros: durante la primera quincena de agosto se registraron temperaturas entre cinco y 10 grados por encima de lo habitual para esa época. En Francia murieron 11.435 personas, aunque algunas fuentes elevan esa cifra hasta las 18.000. En España, la cifra oficial de fallecidos fue de 141, según el Ministerio de Sanidad, pero, de nuevo, el número difiere. El Centro Nacional de Epidemiología afirmó que fueron 6.500 los decesos por la ola de calor, mientras que los datos del Instituto Nacional de Estadística indicaron que las víctimas mortales fueron casi 13.000.
Hoy en día, el 30% de la población mundial está expuesta a sufrir un calor potencialmente mortal durante 20 días al año o más y, de no reducirse las emisiones de CO2 drásticamente, este riesgo seguirá creciendo. Esta es una de las conclusiones de un estudio desarrollado en la Universidad de Hawaii (Manoa, EEUU) y publicado en la revista Nature Climate Change. Las previsiones para el futuro no mejoran la situación: de seguir emitiendo gases nocivos al mismo ritmo que hoy en día, en 2100 el porcentaje de la población global expuesta a morir por olas de calor será del 74%.
Incluso en un escenario con
una reducción
de emisiones drástica, el 48% de la población será susceptible
de sufrir olas de calor mortales. "Lo más triste es descubrir que, aun
haciendo todo lo que podamos por reducir, va a morir gente", explica a EL
MUNDO el investigador principal del estudio, Camilo Mora, profesor asociado de
Geografía en la Facultad
de Ciencias Sociales en dicha universidad.
Amenaza inevitable
Para desarrollar este
trabajo, que sugiere que es prácticamente inevitable que el exceso de calor sea
una amenaza para la vida humana, los científicos han revisado 911 estudios,
publicados entre 1980 y 2014, con datos de ciudades o regiones donde las
muertes humanas se asociaban a altas temperaturas. En ellos, los autores
identificaron 783 casos donde el aumento de la mortalidad se asociaba al calor
en 164 ciudades de 36 países.
En Chicago, en 1993, una ola
de calor provocó la muerte de más de 700 personas en cinco días. En París, en
2003, murieron casi 2.000 personas. En Moscú, en 2010, unos 5.000 fallecidos.
Son sólo algunos ejemplos que indican que las olas de calor letales ya ocurren
con cierta frecuencia, y en muchas ciudades alrededor del planeta.
Con datos como estos, los
investigadores identificaron un umbral más allá del cual la combinación de
temperatura y humedad se convierte en mortal. Y el área
del planeta en la que se traspasa ese umbral durante más de 20 días al año no
deja de aumentar. No obstante, Mora matiza que no hay un umbral universal.
"Hay lugares donde la gente se muere a 22º y otros donde muere a 33º, lo
que determina esa diferencia es la humedad", afirma.
Temperatura y humedad
En este sentido, el experto
explica que cuando la humedad es muy alta las temperaturas letales son mucho
menores. Esto puede provocar hipertermia: cuando el cuerpo se
calienta, la evaporación del sudor hace que se enfríe. Si hay mucha humedad,
ese sudor no se evapora y el cuerpo no puede liberar el calor.
Los autores utilizaron tres
escenarios desarrollados por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio
Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) para crear un mapa interactivo en el
que visualizar estos riesgos. Estos tres escenarios se conocen como
Trayectorias de Concentración Representativa o RCP.
De este mapa se desprende que
en España, en un escenario sin reducción de emisiones (RCP 8.5), con una
concentración de CO2 de 996 partes por millón a finales de siglo -actualmente
está en 409 ppm-, en Málaga habría tres días de ola de calor y humedad letales
en 2050, y en 2100 el número crecería hasta los 56 días.
Con una reducción de emisiones moderada (RCP 4.5), esto es, con una
concentración de CO2 de 538 ppm a finales de siglo, en 2050 seguiría habiendo
un día de calor extremo al año, y dos días en 2100.
Incluso con una reducción
drástica de emisiones (RCP 2.6), es decir, manteniéndolas al mismo nivel que
hoy en día a finales de siglo, en 2050 habría lugares como Ciudad de Panamá,
con 195 días
de ola de calor potencialmente letal al año; Bangkok
(Tailandia), donde se sufrirían 173 días de calor mortal anualmente; Nueva
Delhi (India), con 63 días al año o Caracas (Venezuela), con 55 días.
El Acuerdo de París
Uno de los problemas
derivados de esta situación será el incremento de las "migraciones
climáticas".
"Cuando le cambias las condiciones climáticas a una especie, va a tratar
de sobrevivir adaptándose al lugar o desplazándose a otro sitio", indica Mora,
quien añade que ni siquiera con el cumplimiento del Acuerdo de París, firmado
en 2015, llegaríamos al mejor escenario. "Las fronteras de los países son
las que, desgraciadamente, están haciendo que no podamos resolver esto".
El vicepresidente del Grupo
II del IPP y catedrático de Ecología de la Universidad de
Castilla-La Mancha, José Manuel Moreno, explica a este diario que este estudio
es "muy importante" para tener una visión global de la situación.
"La panorámica que da es francamente preocupante, porque habrá mucha gente
que sufrirá las consecuencias de un clima en el que será imposible
sobrevivir", señala.
El experto indica que, aunque
la Península Ibérica
no sale mal parada en este estudio, hay que mirar con cierta cautela estos
estudios a nivel global. "Tienes que ver el marco general, sirve para
obtener la panorámica", explica.
"Esto es algo que se
venía anticipando y el estudio tiene unas implicaciones enormes, sobre todo
cuando se toman decisiones como la que ha tomado la presidencia de EEUU [salir
del Acuerdo de París], sin fundamento científico y poniendo en riesgo a
millones de personas", concluye.
Temperatura de récord en toda
España
La ola de calor que ha
machacado a España hasta este domingo ha dejado multitud de registros de récord
en varias provincias. Según datos de la Agencia Estatal de
Meteorología (Aemet), sólo en ese día (el domingo) se batieron los récords
históricos de temperatura máxima para el mes de junio o de temperaturas mínimas
más altas en 12 observatorios, desde el madrileño de El Retiro, hasta el de
Ponferrada o el de Tarifa.
Los 39,8º C registrados en
Zamora se han convertido en la temperatura máxima más elevada jamás vivida en
esta ciudad desde que se tienen registros, es decir desde el año 1920.
Y lo mismo sucede con los 39,2ºC que se vivieron en
Salamanca y en Ponferrada, aunque allí sólo se tienen datos desde los años 1945
y 1951 respectivamente.
Las mínimas también
registraron valores muy elevados (haciendo que las noches fuesen muy calurosas)
en Tarifa (Cádiz) o en el parque de El Retiro, por ejemplo, donde se tomaron
temperaturas mínimas de 22,5ºC
y 25,2ºC.
MARÍA PÉREZ ÁVILA Madrid
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