Hugh Jackman y Britney Spears, dos de los famosos que han
padecido adicción al sexo. Getty
Según un estudio de la
organización británica de asesoramiento familiar, una de cada 20 personas tiene
un problema de hipersexualidad. En España 1.600.000 personas están
diagnosticadas con este trastorno que se da más en hombres (85 %) que en
mujeres (15 %), ya que estas últimas tienen menos inclinación hacia "el
sexo exento de lazos emocionales". Pero, qué es la hipersexualidad. Según la OMS: "Impulso sexual
excesivo". Es decir, un aumento excesivo en la actividad sexual de una
persona conllevando consecuencias negativas sociales, emocionales y físicas,
como dejar de disfrutar del sexo para obsesionarse con la cantidad de los encuentros
sexuales. En otras palabras: adicción al sexo.
Según los expertos, la
aparición de Internet es un estímulo para esta adicción, con su infinita oferta
de chats, webcams, pornografía gratuita, aplicaciones de contactos y demás ciberinventos.
De hecho, el trastorno está tan extendido que la OMS ya lo considera un problema grave de salud
física y mental.
Famosos que han confesado su adicción al sexo:
Es
difícil esbozar un retrato robot fiable del sexo adicto medio. El doctor Josep
María Farré, del Instituto Universitario USP Dexeus (Barcelona), propone uno:
"Tienen cierta predisposición las personas con características impulsivas,
con control deficiente y búsqueda excesiva de novedades, o con tendencia al
fracaso social".
Lindsay Lohan
El estrés, el bajo control de
los impulsos y emociones y la baja tolerancia a la frustración también pueden
llevar a desarrollar esta dolencia. El hipersexual sufre un intenso sentimiento
de culpa, se hace continuos autorreproches y tiene una confusa percepción de lo
que es bueno o malo, mucho o poco. La mayoría compatibilizan este problema con
otros. “El 30 % son adictos a tóxicos. Otros, adictos en cadena: al juego, a la
comida, al ejercicio... Un 21 % están también deprimidos. Son personas con
carencias graves, y el sexo es su forma de compensarlas. Usan su cuerpo y el de
los demás como un objeto", sentencia Farré.
Daños emocionales aparte,
algunos efectos secundarios de la actividad sexual compulsiva son
irritabilidad, náuseas, insomnio o ansiedad. Y alguna lesión física. Según
cuenta el sexólogo y psicólogo clínico Esteban Cañamares, “la próstata y la
uretra en particular y todo el cuerpo en general sufren mucho con este tipo de
excesos”.
"Tienen
predisposición las personas con características impulsivas, con control
deficiente y búsqueda excesiva de novedades"
Doctor Josep María Farré, del
Instituto Universitario USP Dexeus (Barcelona)
Aunque su cuerpo y su alma se
resientan, el adicto del sexo es insaciable. Solo vive para satisfacer sus
fantasías. Pero llega un día en que, tras agotarse el placer del orgasmo, se le
cae el mundo encima. Y piensa: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. En ese
momento, entra en consulta. El doctor Cañamares opina: “Es posible curar la
adicción al sexo tratándola como cualquier otra adicción. Se necesitan unos
pocos meses o varios años de psicoterapia, según el caso. Hay que reeducar las
costumbres para vincular el sexo con los sentimientos. El grado de recaída es
alto, pero el 50 % de los pacientes consiguen recuperar el control de sus impulsos”.
Michael Douglas
Otra opción es dirigirse a
Adictos Sexuales Anónimos, una confraternidad de personas que, como los
alcohólicos, utilizan la terapia de grupo para superar su dependencia y rehacer
su vida. Se trata de un servicio gratuito, que se mantiene con los donativos
voluntarios de los miembros. Y luego está la clínica, que es la opción más
cara, pero también la más eficaz. Famosos como Russell Brand o Michael Douglas,
que han ingresado en clínicas para tratar su hipersexualidad, son los mejores
embajadores de estos lugares.
En España, una de las más
famosas es Capistrano. Su director, el doctor José María Vázquez-Roel, cree que
el mayor obstáculo para curar la hipersexualidad es que “se suele tomar menos
en serio que la ludopatía, la toxicomanía y otras dependencias. Así que, de
entrada, es positivo sacar al paciente de su entorno cotidiano, para que poco a
poco vaya recuperando el control de su cuerpo”. Solo en los casos más graves se
utilizan fármacos: “Usamos potenciadores del efecto de la serotonina en el
cerebro. También antiandrógenos o similares, pero únicamente si hay conductas
peligrosas”, afirma el doctor.
Hugo Grant
A continuación, pasaremos
revista a un puñado de famosos que han bregado con su hipersexualidad y, en
muchos casos, la han pagado muy cara. No es nuestra intención glamourizar este
trastorno, sino más bien poner sobre el tapete casos con nombre y apellido que
nos demuestren que, seas quien seas, puedes caer en las redes de tu propia
libido.
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