Después de muchos años sufriendo problemas de infertilidad, se quedó
doblemente embarazada.
Beata Bieias tiene 36 años y es ahora la feliz mamá de
tres preciosos bebés. Pero su camino a la maternidad no fue en absoluto un
camino de rosas.
Después de unos 10 años intentando tener hijos con su
marido sin resultado, decidió someterse a un tratamiento de fertilidad.
La modalidad elegida fue la de la fecundación in vitro
(FIV); es decir, la unión artificial de los gametos de los progenitores. En el
tratamiento, se recomienda a los padres no mantener relaciones en los cuatro
días antes de la implantación del embrión en el útero.
Pero todo parece apuntar a que a Beata y a su marido
se les pasó ese pequeño detalle (y sí, lo hicieron).
La suerte quiso que lo que no se había producido
durante años sucediera justo en la semana en la que se someterían a la fase
crucial de la FIV.
Así, en su primera ecografía el ginecólogo les dio una
maravillosa noticia: serían papás de 3 niñas. Dos de ellas fecundadas de manera
natural (en aquel "pequeño desliz") y la tercera, por FIV.
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