Antes de emprender una
conversación delicada con su pareja, asegúrese de no tener hambre.
Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.) han demostrado que
tener bajos niveles de glucosa en sangre- lo que se manifiesta físicamente con
una sensación de apetito- favorece las discusiones y la agresividad. A esta
conclusión han llegado midiendo el nivel de enfado y glucosa de 170 parejas de casados.
Los detalles, que se publican revista "Proceeddings", se muestran
cómo algo tan sencillo puede desempeñar un papel tan importante en las
discusiones de pareja y hasta posibles casos de violencia doméstica, apunta
Brad Bushman, autor principal del estudio.
La investigación comenzó con
un cuestionario. Todas las parejas respondían a preguntas sobre su relación
para conocer cuál era el nivel de satisfacción. Después se les proporcionó una
muñeca representaba a su pareja y a la que podían martirizar clavándole con 51
alfileres. A más alfileres, mayor nivel de enfado, como si le hicieran vudú.
Además, cada voluntario disponía de un medidor de glucosa. Al final se comprobó
que quienes tenían los niveles más bajos de glucosa eran los que más
alfileres utilizaban para asestar a su muñeca-pareja. Lo hacían incluso los que
habían manifestado en el cuestionario estar más satisfechos con su relación. El
investigador explica que el autocontrol necesario para hacer frente a la ira
consume mucha energía y esa energía llega de la glucosa, el combustible del
cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario