Quien nos lo iba a decir. Las suecas, esas vikingas incansables, fuertes y todopoderosas, capaces de conjugar a la perfección su papel de esposa y madre, ama de casa y ejecutiva, esas féminas que siempre están a la cabeza en las listas de horas trabajadas por años de vida y que tan pronto cambian una rueda de un coche como preparan sin ayudas exteriores una cena para cuarenta personas, son las mujeres que más lloran del mundo.
Un reciente estudio elaborado por el profesor Tores Thorell, del Instituto Nacional para la Medicina Psicosocial y del Medio Ambiente presentado en esta capital durante la conferencia sobre la relación entre “Salud y Sentimientos”, descubre que las modernas valkirias son, internacionalmente, aquellas que más lágrimas derraman durante su vida y las que más veces resuelven sus problemas llorando.
Asegura el profesor que “cualquier situación es capaz de provocar un reguero de lágrimas en las suecas” y que es mínimo su nivel de aguante ante un problema o pena.
Basa su informe en miles y miles de entrevistas realizadas durante los últimos años en los países industrializados. Según el científico, las lágrimas no son solamente una expresión del estado del alma, sino que suponen un grave peligro, ya que uno de los efectos de tanto llanto es que la presión arterial desciende en las mujeres cuando lloran.
La risa, y en general los sentimientos de felicidad, son por lo tanto necesarios para el bienestar físico de la mujer.
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