Ser una buena persona quizás sea políticamente correcto, pero resulta dañino para la salud tanto física como psíquica, según un nutrido grupo de psicólogos italianos consultados por la cadena estatal de televisión RAI. Por su “intrínseca falsedad”, la bondad excesiva obliga a “ser lo que no se es, a esconder su autentica identidad y reprimir sus emociones “con el resultado, mas que probable, de problemas psicológicos, revela un programa de la cadena italiana.
Para evitar trastornos, especialmente estomacales, los especialistas recomiendan seguir algunas pautas de “maldad”, como la de decir siempre que si, mostrar la falta de satisfacción –Incluida la sexual-, no hablar bien de todos y, especialmente, no intentar ser la imagen de la perfección para familia, amigos y conocidos.
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