domingo, 20 de septiembre de 2015

La risa no concibe muros

La ONG 'Pallasos en rebeldía' cuenta con miembros de múltiples nacionalidades
Iván Prado recorre el mundo denunciando mediante la burla las vallas de la Humanidad
"Mientras existan, no tenemos dignidad como sociedad evolucionadas"
Iván Prado es un hombre rico. Rico de los de verdad, de los que no les falta nada de lo que necesitan. No tiene muchos ceros en su cuenta bancaria, pero asegura tenerlos en el espíritu: "El dinero es una cosa triste y material que llevas en el bolsillo; la risa de la gente es una cosa luminosa y alegre que te guardas en el corazón".
Es un hombre rico, gallego, de 40 años y sobre todo, un payaso. "Yo trabajo para trabajar; le dedico mucho tiempo a conseguir dinero para luego poder ir a aquellas partes del mundo donde la Humanidad se juega su futuro. Pallaso en rebeldía siempre, porque la risa es la mejor medicina contra el miedo; y un pueblo sin miedo es un pueblo libre", asegura él en una entrevista para EL MUNDO.
 Miembros de Pallasos en rebeldía, desnudos ante el muro levantado por Israel frente a Ramala 
'Pallasos en rebeldía' lo componen muchas personas de muy diversos países (Italia, Argentina, España, Colombia, México...). Normalmente son gente del mundo del clown, la magia y la música que está en contra de este sistema global de miseria que algunos llaman capitalismo, pero que en realidad es un sistema global del Miedo", explica sobre los componentes de esta ONG a la que se unió en 2003.
"Piensa que somos hijos del circo, ese sitio en donde lo imposible se vuelve posible y lo posible bello. Esa utopía, reunida bajo una carpa, hace convivir muchas culturas, muchas formas de pensar y muchos olores en la cocina. Vivimos de transitar por todos los países y territorios, por eso no concebimos un país que tenga un muro. Por lo tanto, para poder ser payaso y hacer reír sin más en cualquier parte del mundo necesitamos derribarlos", reclama. "Mientras haya una sola persona en la cárcel del Miedo, ningún ser humano será libre. La risa no concibe muros infranqueables", expone en un documental sobre su labor en Palestina.
"Es en esos lugares donde de verdad conectas con la Humanidad, cuando miras a los ojos del público y ves algo nuevo. Las madres vienen llorando a agradecerte porque sus hijos se han reído durante una hora, pero hacía un año que no se reían", recuerda el payaso.
Los muros de Cisjordania, Sahara, Melilla, Estados Unidos, México, Bogotá, Brasil... no faltan frentes para estos payasos. "Mientras existan estas vallas, no tenemos dignidad como sociedades evolucionadas", asegura el gallego.
Su acción más reciente, la que realizaron en la valla de Melilla, se convirtió en viral por el desnudo que llevaron a cabo frente a lo que ellos consideran "un atentado contra el libre tránsito de los seres humanos". "Yo que soy gallego, he vivido gracias a que mis antepasados emigraron. Además, como hijo y nieto de una guerra que la democracia perdió en nuestro país no puedo concebir que cuando la gente huya de la guerra la metamos en campos de concentración como nos sucedió a nosotros en Francia. Los alrededor de 1.600 sirios frente a los que actué en el CETI de Melilla están escapando de eso mismo. Sólo gritan '¡Libertad, libertad!', un cántico con el que todos deberíamos hermanarnos".
Donde también claman por ese mismo sueño es en Palestina, donde los niños lo gritaban durante una función de los 'Pallasos en rebeldía' en su colegio. "Nos han bombardeado en Gaza, nos detuvieron en Tel Aviv, nos amenazaron con matarnos en un checkpoint de Jerusalén... Imagínate la escena: un militar súper armado y uniformado amenazando a un tipo con una nariz roja y que sólo quiere animar a unos niños. A su manera es gracioso", recuerda Iván.
"Hemos hecho dos Festiclowns en territorio palestino, el último en octubre de 2014. Fue especialmente duro ya que eran tan recientes los bombardeos que por primera vez tuvimos dificultades. Los niños estaban en shock. Llevaban meses viviendo y viendo mierda y ver algo bonito era algo que no entraba en su concepción vital. Pero son gente maravillosa; son personas que a pesar de que estén cayendo las bombas a 500 metros son capaces de seguir aplaudiendo sólo para que no te vayas del escenario. Necesitan la risa", cuenta Iván.
"En 2009 trabajamos con mujeres violadas, hombres que habían sufrido constantemente la violencia de la ocupación, niños que habían tenido que recoger los cadáveres de sus amigos del campo de fútbol... pero esos mismos chicos, cuando hemos vuelto, se han reintegrado. Han pasado de tirar piedras a los tanques a ser artistas circenses", presume el payaso.
"Nosotros estamos aquí para recordar al ser humano lo estúpido que es. Somos una figura creada por el pueblo para reírnos de los poderosos, porque existe un sexto sentido, el  del humor, que es el mejor antídoto contra la opresión y las dictaduras. Los recortes y la austeridad sólo hacen que haya gente tirándose por los balcones", expone.
ALBERTO MUÑOZ

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