"Entrar en unión sexual con un consorte permite ascender al Gozo
Innato. Esto hace que las energías vitales se disuelvan como en el momento de
la muerte, y que la Clara
Luz de la mente emerja con gran fuerza... Esta práctica es
extremadamente secreta y no es apropiado decir más». El segundo Dalai Lama, Gendun Gyatso,
indagó de esta manera en la teoría y práctica del tantra en el libro 'La Transmisión de la Sabiduría Dakini',
en honor a las "bailarinas celestiales".
"Visualiza a una diosa Vajrayogini
blanca o roja. Ella absorbe a los seres sabios, invocando y recibiendo su
poder. Recita el mantra secreto. Ahora la mente entra en Vajrayogini mediante
su órgano sexual y se disuelve en su corazón". En Occidente, todo esto nos
remite a la 'pequeña muerte' del orgasmo. El tantra, que literalmente significa la "técnica de la
expansión", acaba relegado a categoría de reclamos eróticos y
exóticos. Por el camino suele quedarse el propósito original: utilizar
el deseo sexual como sendero hacia la realización y el desarrollo del espíritu.
La versión del tantra que
suele circular entre nosotros, más o menos profanada, ha sido hasta ahora la
hinduista. El Vajrayana o Budismo Tántrico, y en concreto la 'escuela' que se
desarrolló en el Tíbet tras ser introducida por el monje Padmasambhava
(también conocido como Guru Rinpoche) en el siglo VIII, ha estado siempre
rodeado de un halo de misterio.
Los secretos ven ahora la luz
en una exposición, 'Tibet's Secret Temple', que lleva a la Wellcome Collection
de Londres el
fascinante interior de Lukhang, el templo de retiro de los
Dalai Lamas, aislado del mundanal ruido por un lago y profusamente decorado con
murales coloristas que le han valido el renombre de la Capilla Sixtina tibetana.
Estamos ante las salas de
meditación 'privadas' de los Dalai Lamas, pero el infatigable explorador Ian Baker
y el fotógrafo Thomas Laird no pudieron reprimir la tentación de
desvelarlas. "El budismo tibetano se conoce principalmente en el mundo a
través de los lamas. Todos tenemos la imagen del monje con los hábitos
rojos, cumpliendo preceptos como celibato y siguiendo
tradiciones que no son muy distintas a la de los monasterios occidentales, como
la oración, la meditación y los cánticos", explica Baker.
"Pero en el Tíbet ha
existido también durante siglos otra tradición muy diferente, la del tantra o
budismo esotérico". Y continúa: "Como la versión monástica, fue
introducida hace más de mil años desde India y encontró un suelo fértil a los
pies del Himalaya. Eso sí, los adeptos al budismo tántrico (los 'mahasiddhas')
no tienen nada en común con lo monjes. Tienen largas melenas y barbas, como
los 'sadhus' en India, y siguen su propio camino, lejos de la vía de la
renunciación y la uniformidad que se impone desde los
monasterios".
Uno de los detalles de la exposición 'Tibet's Secret
Temple'. THOMAS LAIRD
La vida monástica, dice
Baker, terminó siendo la "vía prevalente" por razones políticas y para
unificar el Tíbet. La vía tántrica, con sus seguidores libertarios y anárquicos
(algo así como los 'hippies' de su tiempo)
acabó
siendo marginada como
la "vía oculta".
Los murales del Templo de
Lukhang han servido para confirmar cómo estas prácticas complejas (que van mucho más allá de la
visión sexual que tenemos del tantra) eran conocidas y fueron
hasta cierto punto preservadas por los monjes, aunque no se iniciaran en ellas
por considerar que interferían en la práctica monástica. Pese a la mala fama
del Vajrayana como una "degeneración" de los rituales y del pensamiento budista, lo cierto es que los
murales de Lukhang (con 84 maestros tántricos en acción y cuadrando posturas de yoga casi inverosímiles) han servido para
elevar la noción de que existía hasta ahora el 'otro' budismo tibetano.
"La vía del monje es la
de la renuncia y la vía del tantra es la de la expansión", explica Baker. "Son como las dos alas de un pájaro
y las dos se necesitan para volar. Hace falta un principio moral y hace falta
el tantra".
El fotógrafo Thomas Laird,
que tuvo la sensación de profanar el templo de Lukhang, logró sin embargo la
bendición personal del 14 Dalai Lama, el sonriente Tenzin Gyatso,
que le ayudó a interpretar las imágenes, como la del 'yogui' recién muerto que transfiere su espíritu a
una pareja que está copulando bajo los efectos de un arcoiris,
que representa la "iluminación".
El propio Dalai Lama
reconoció sin embargo su "incapacidad" para interpretar algunas escenas
de los murales (con infinitos detalles como los retablos de El Bosco).
El profesor tibetano Namkai Norbu, al quite, enseñó a Laird a descifrar una
referencia sexual que pasa desapercibida para la mayoría y que representa la "vagina cósmica":
el principio del universo. Norbu es profesor de Dzogchen, la Gran Perfección,
una disciplina de meditación también introducida en el Tíbet por Padmasambhava:
"La
mente mirando a su propia esencia". Esas enseñanzas
seculares han sido adaptadas a Occidente siglos después como 'mindfulness' o la
atención consciente.
Se diría que las 12 salas y 120 piezas de
la exposición practican una danza final en honor a la Gran Perfección.
Allí están las máscaras usadas en los rituales, los diagramas de la anatomía
sutil que son la base de la medicina tibetana, los movimientos del 'trul khor'
(los 'asanas' tibetanos) o la cópula meditativa entre dioses y diosas, simbolizando
el abrazo entre la compasión y la sabiduría, y el descubrimiento de la conciencia
no dual.
"A través de las
prácticas tántricas, como la meditación centrada en los chakras o en los
canales de energía, uno puede en última instancia abandonar los niveles más
mundanos de conciencia. Cuando los niveles más sutiles de la
mente se activan a través de las prácticas tántricas, se produce una poderosa
comprensión espiritual y la meta de la iluminación puede ser rápidamente
alcanzada". Palabra de Tenzin Gyatso, el 14 Dalai Lama. Y quien pueda entender,
que entienda
LAS CLAVES DEL TANTRA
La idea más generalizada del
tantra está muy alejada de su propósito original. A continuación, algunas de
las cuestiones claves de esta "técnica de expansión":
¿DE DÓNDE PROVIENE
ORIGINALMENTE?
Los textos tántricos más
antiguos son incluso anteriores al cristianismo, aunque las prácticas tántricas
se transmitieron oralmente y durante siglos en India y posteriormente en China,
Tíbet, Bután, Nepal, Mongolia, Corea y Japón.
¿QUÉ SIGNIFICADO
TIENE ESTA TÉCNICA?
Si atendemos a su raíz
etimológica, el tantra es un "método" (o tejido) para la
"expansión" de la conciencia. En las antípodas de la mayoría de los
preceptos espirituales, que predican la renuncia al deseo, el tantra considera
el cuerpo como "sagrado" y como vía de canalización de la energía
sexual, que puede conducir a través de la meditación hasta el éxtasis
compartido, simbolizado por el abrazo de la diosa Shiva y el dios Shakti.
¿EXISTEN DIFERENTES
ESCUELAS?
A lo largo de los siglos, el
tantra se ha ramificado en dos principales escuelas, entre muchas otras. El
sendero de la "derecha" fue el seguido por los budistas,
principalmente en lugares como Tíbet. En él se pone un mayor énfasis en la
meditación, centrada en los chakras y en los canales de energía.
¿CUÁL ES LA VISIÓN MÁS EXTENDIDA?
El sendero de la izquierda es
el hindú, con una mayor atención al acto sexual y a la creación de espacios
sagrados y compartidos de conciencia. Esta es la versión introducida hace
décadas en Occidente y tamizada a través del 'New Age' en el así llamado
'Neotantra' o "sexualidad sagrada" (tantas veces desvirtuada por
prometer orgasmos infinitos y utilizada como falso reclamo en las secciones de
contactos).
CARLOS FRESNEDA
Corresponsal
Londres
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