Donald Trump ha prometido demandar a «todas esas
mentirosas» cuyas acusaciones de abuso sexual, a juicio del candidato
republicano, son fruto de una conspiración del Partido Demócrata. «Estoy
deseando demandarlas cuando se termine la campaña», indicó Trump el sábado
desde Gettysburg durante el discurso en el que presentó su programa para sus
primeros cien días al frente de la Casa Blanca.
Hasta el pasado fin de semana, habían acusado al magnate una profesora de yoga, una periodista, una recepcionista que trabajaba en una de sus torres o una mujer con la que coincidió en un avión, entre otras. Ahora se acaba de sumar a la lista la actriz porno Jessica Drake, que conoció a Trump en un torneo de golf en Lago Tahoe hace diez años. Hasta allí se había desplazado Drake, que trabajaba en representación de la compañía audiovisual de entretenimiento adulto Wicked Pictures después de firmar un contrato en exclusiva con esta productora. Según relata la actriz, que empezó en las revistas y el canal de televisión de Playboy, el multimillonario la besó a ella y a otras dos mujeres «sin nuestro permiso».
Pero el acoso sexual no acabó ahí. Horas después,
Drake recibió una llamada telefónica del multimillonario. «Después de volver a
mi habitación, sonó el teléfono. Era un hombre que me dijo que Donald me quería
en su suite. Le expliqué que no me apetecía. Entonces, fue Donald el que me
llamó personalmente para que fuese a su habitación a cenar con él. También me
invitó a una fiesta. Yo le dije que no», relata la actriz porno, que explicó
que el hombre de negocios le ofreció 10.000 dólares y viajar en su avión
privado después de rechazarle.
Sin embargo, un portavoz de la campaña electoral de
Trump ha negado que el candidato republicano conociese a la actriz. «El señor
Trump no conoce a esta persona, no la recuerda y tampoco tendría ningún interés
en conocerla», explicó el portavoz. Nacida en San Antonio (Texas), Drake empezó
su carrera profesional en el mundo de las revistas pornográficas. A los 25
años, pasó a la televisión. A lo largo de los años, ha desarrollado su talento
como guionista, directora de películas pornográficas y educadora sexual. A la
vez, Drake es muy conocida en la industria del cine pornográfico por ser
partidaria de mantener relaciones sexuales exclusivamente con actores con
preservativo. Este controvertido asunto saltó a la mesa de debate después de
los casos de contagio del virus de VIH ocurridos en 2004 en esta industria.
Hasta ahora, ya son 11 las mujeres que han acusado de
manera pública a Donald Trump de acoso o intento de mantener algún tipo de relación
sexual desde que hace dos semanas el periódico «The Washington Post» filtrase
una grabación de una polémica conversación del aspirante republicano a la Casa
Blanca. En la misma, el magnate fanfarronea con el presentador Bill Bush de
«Access Hollywood» en 2005 de que «cuando eres una estrella, te dejan hacer
todo». «Les cojo del coño», se escucha decir a Trump en la cinta, en la que
también se lamenta durante la charla de que una actriz le ha rechazado.
Durante esos últimos días, ha caído en picado la
popularidad del hombre de negocios. Estos comentarios sexistas y obscenos
suscitaron una pregunta en el segundo debate presidencial, donde Trump negó
haber abusado sexualmente de ninguna mujer. Fue entonces cuando empezaron a
sucederse las denuncias públicas de su comportamiento con las mujeres.
Incluso su jefa de campaña, Kellyanne Conway,
reconocía ayer que, aunque «la carrera presidencial no ha terminado»,
actualmente el aspirante republicano está «por detrás» de su rival demócrata, Hillary
Clinton.
Clinton ignora a su rival en la recta final
Hillary
Clinton aseguró ayer que no piensa en responder a su rival
republicano y señaló que dedicará la recta final de la campaña a explicar
cuáles son sus propuestas. «Ya ni siquiera pienso en responderle [a Donald Trump] más», dijo Clinton a los periodistas en el avión de campaña en el que
viajaba de Pittsburgh a Filadelfia. La candidata demócrata, que aventaja a
Trump en las encuestas, apuntó que ya había debatido con su rival «durante
cuatro horas y media» en los tres debates.
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