La evolución de la humanidad
es algo que no se puede parar, aunque estos cambios resulten, en algunas
ocasiones, hasta una involución. El apartado tecnológico ha sido el gran
causante de la revolución, produciéndose la mayoría de descubrimientos en el
resto de campos gracias a mejores máquinas. La química, por ejemplo, ha sido una de estas áreas,
afectando de forma indirecta a las nuevas drogas que circulan por el
mercado. Una de las últimas experiencias de placer relacionado con esto es el
chemsex. ¿Sabes qué es?
Aquí te contamos todo lo que necesitas saber
sobre esta peligrosa tendencia.
Reino
Unido y España son los países
donde la tendencia del chemsex ha ido al alza. Como su propio nombre indica,
consiste en hacer sexo químico, o lo que es lo mismo: hacerlo combinando con
sustancias como las metanfetaminas,
éxtasis líquido o mefedrona. Es una práctica que se ha vuelto
bastante más habitual de lo que puede parecer entre hombres, causando un
repunte de las infecciones de VIH y de otras enfermedades de transmisión sexual.
Aunque el sexo junto con las
drogas o el alcohol no es nada nuevo, lo que hace al chemsex especialmente
peligroso son sus sesiones de horas o
incluso días. Pese a que tomar sustancias puede parecer que no
afecta de manera directa a las enfermedades de transmisión sexual, la falsa
sensación de seguridad que producen los efectos hace que se asuma el riesgo y no se use preservativo.
Terapia contra el chemsex
Hay espacios donde se está
ayudando a concienciar sobre los peligros del chemsex. Una de ellas es el
centro BCN Checkpoint de Barcelona,
donde se ofrece ayuda psicológico para aquellas personas que tienen problemas
con esta práctica. Los
primeros casos de chemsex son de hace unos años, pero no ha
sido hasta hace unos pocos meses cuando ha saltado la alarma por su alto
consumo.
Una de las grandes puertas de
entrada al mundo del chemsex son las aplicaciones “sociales”, por donde los
usuarios aseguran poder encontrar una sesión en escasos minutos. Sin embargo,
no creemos que compensen días de sexo a cambio de una enfermedad de transmisión
sexual.
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