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«Asiento reservado para el
vecino entrometido que se quejó de mi valla a la ciudad»
En Santa Rosa, California, un hombre ha organizado una
particular fiesta nudista de maniquíes para protestar por la medida que le ha
obligado a reducir la altura de su valla tras la queja de unos vecinos.
Jason Windus, el dueño de la casa, había pagado unos
9.000 dólares por levantar una cerca en su patio trasero para que sus dos
perros no se escaparan. «Era una valla de 1,80 metros, como la de todos los
demás», explicó Windus.
Semanas después, la Policía de la ciudad se presentó
en su casa para decirle que la valla no podía tener esa altura, ya que
dificultaba la visibilidad en una intersección vial. Tras recibir un aviso por
carta, Windus cortó la valla prácticamente a la mitad.
Luego se enteró de que la queja provenía de alguien de
su vecindario, por lo que decidió gastar una «broma», irónica y desafiante al
mismo tiempo: juntó algunos maniquíes que tenía en casa —los recogió hace
tiempo de una tienda de ropa y no se atrevía a tirarlos— y los representó en
una fiesta nudista, acompañándolos de un cartel: «Asiento reservado para el
vecino entrometido que se quejó de mi valla a la ciudad».
«Esto es América. Se supone que tenemos que tener
vallas alrededor de nuestros patios... y privacidad», declaraba a People.
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