El sexólogo Iván Rotella afirma, según su experiencia como consultor, que
los hombres titulados en Ingeniería tienen algunas dificultades para integrar
las indicaciones que se les prescriben en terapia sexológica, Giovanna Fernández
No está claro si es por su afán por categorizar las
cosas o por la mente racional preparada para diseñar procesos de máxima
eficacia, pero el sexólogo avilesino Iván Rotella cree, en base a su
experiencia trabajando con todo tipo de perfiles profesionales, que los varones
ingenieros necesitan más explicaciones para entender cuáles son los objetivos
de las pautas que deben seguir en terapia sexológica.
"Los ingenieros me exigen un mayor esfuerzo para
clarificar qué sentido tienen las diferentes tareas que les pido, ya que no
acaban de ver qué objetivo persiguen. Necesitan hacerse una idea mucho más
elaborada que otras personas", aseguró ayer el coordinador del Centro de
Atención Sexual de Avilés en la conferencia de clausura del curso de verano
"Sexología: amores, identidades y educación sexual". Ojo, porque se
trata de un diagnóstico que solo afecta a los hombres. "Esto ocurre con
los ingenieros, no con las ingenieras; hay que diferenciar", afirmó. El
asunto no debe ser baladí, porque Rotella preguntó incluso a la audiencia si
creía que el asunto merecía una investigación académica.
La afirmación despertó carcajadas, pero también
preguntas. "¿Es en serio?", le dijeron algunos de los alumnos.
"Sí, totalmente, pero no sé a qué se debe. De todos mis pacientes los
ingenieros son los que más pegas ponen", señaló. Rotella detalló que en
algunas de sus terapias, cuando afronta el diálogo con una pareja con
problemas, al plantear "otras alternativas al coito como la masturbación
en pareja, por ejemplo, hay personas que son reacias a prescindir del coito
aunque este les esté dando problemas".
La tesis quedó como la anécdota de una sesión en la
que los impulsores del curso universitario avilesino (de gran prestigio
nacional en el ámbito de la sexología) analizaron los diferentes servicios que
puede ofrecer un asesor sexual.
Lo más habitual en las consultas sexológicas es que
acudan parejas, no sólo para solucionar problemas sexuales sino también para
atajar conflictos en todos los aspectos de su relación. Rotella sostiene que
cuatro son los pilares para el éxito de las relaciones: comunicación,
confianza, respeto y erótica. "Si alguna de estas piezas falta
probablemente ya no estemos hablando de una pareja", aseguró.
Cuando existe un problema en la pareja son las mujeres
las que primero lo afrontan. "Por lo general, mientras las chicas buscan ayuda
a los 5 o 6 meses de detectar un problema, los chicos podemos tardar hasta 4 o
5 años en reconocer que existe", añadió.
El 85 por ciento de los casos que pasan por la terapia
de Rotella son parejas, mayoritariamente heterosexuales. "Trabajar con parejas
homosexuales es más fluido", sentenció el sexólogo para explicar que las
relaciones entre hombre y mujer son más difíciles por las diferencias
psicológicas que existen entre ambos sexos. También supone una dificultad a la
hora de la sesión el hecho de que la pareja esté enamorada. "El amor en la
consulta me estorba. Preferiría personas que no estuvieran enamoradas, pero eso
sería muy difícil".
En cuanto a las consultas individuales, el 5 por
ciento suelen ser mujeres que en su mayoría presentan problemas como anorgasmia
o falta de deseo. Y el 10 por ciento son hombres que van al sexólogo para
solucionar problemas de erección o eyaculación precoz.
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