La mujer iba de Ambite a
Arganda al médico y como consecuencia del estado de alarma no había podido
recargar el abono de la tercera edad. La empresa de autobuses asegura que el
conductor actuó de forma correcta
La anciana de 81 años expulsada del autobús en su domicilio de Ambite.
Juani tiene 81 años y desde el miércoles de la semana
pasada está muy indignada. Ese día el conductor de un autobús de la linea 326
le obligó a apearse del vehículo cuando se dirigía de Ambite a Arganda para ir
al médico. Tenía el abono de la tercera edad caducado y trató de pagar en
metálico, pero el chófer no le dejó viajar, ya que está prohibido pagar con
dinero en efectivo en el transporte interurbano.
El problema de Juani es que en Ambite no hay estanco y
con el confinamiento y el estado de alarma no pudo recargar el abono. El
miércoles por la mañana a las 8.30 estaba en la parada del autobús de su pueblo
lista para acudir a una cita médica en Arganda. La octogenaria decidió ir por
su cuenta pese a que le habían ofrecido sus vecinos y sus hijos llevarla. «No
quería molestar a nadie y prefería moverme por mis medios porque me venía
bien», señala la mujer.
El problema es que al subir al autobús con sus 2,60
euros en monedas el conductor le dijo que no podía pagar en metálico y que se
bajase. «Le expliqué que al estar confinados no pude renovar el abono y que
traía el dinero justo para el viaje», cuenta Juani. «No me podía bajar porque
tenía cita con el médico a las 10.15 en Arganda y le contesté que no me
bajaba», justifica.
Detrás de ella subieron varios viajeros y el conductor
siguió hasta la siguiente parada de Ambite. Al llegar dijo que no continuaba si
la mujer no se bajaba. En el vehículo iban varias personas que trataron de
pagarle el viaje, pero con el abono mensual no pudieron hacerlo.
Juani asegura que el chófer le indicó que no podía
llevarla por temor a ser sancionado o pillado por la Policía. Finalmente, la
mujer se bajó entre lágrimas del autobús. "Me dijo que hiciera el favor de
salir y me volví andando a casa y sin ir al médico", dice la anciana.
Cuenta Juani que el conductor le comentó que si la dejaba en el bus cometía una
ilegalidad y le podía pasar algo. "Llevaba cuatro meses esperando una cita
porque tengo problemas en el oído y fue muy injusto lo que me pasó", asevera.
Luis, vecino de Juani, relata que al día siguiente
llamó a la empresa Argabus y le dijeron que lo normal es que "dada las
circunstancias que concurrían que se le hubiese dejado ir en el autobús y que
recargara el abono para la vuelta". "Ella tenía el abono caducado
porque en Ambite no tenemos estanco y esas cosas se deberían de tener en cuenta
a la hora de tomar estas decisiones con estos pasajeros de 81 años",
insiste. "Si tenemos que coger el autobús y no nos dejan pagar con dinero
en metálico, no nos vamos a poder mover nunca", se queja otra mujer del
pueblo.
Para la empresa de autobuses la actuación del
conductor fue correcta y mantiene que no la bajó de forma inmediata sino que la
dejó durante un pequeño tramo y preguntó a los pasajeros si alguno podía pasar
con su bono el viaje de la mujer para que luego ella le abonase el importe en
metálico. Añaden que si la mujer hubiera seguido en el autobús se habría
infringido la norma por dejar a una pasajera sin billete en el vehículo.
Agregan que no podía aceptar el dinero en efectivo como consecuencia de las
normas establecidas por el Covid-19 e inciden en que el chófer del autobús
trató de ir más allá de sus atribuciones al intentar buscar una solución que
permitiese a la señora continuar su viaje.
LUIS F. DURÁN
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