Un informe encargado por Macron recomienda restituir miles de obras de arte
y de piezas de las antiguas colonia
Un taparrabo de la República Democrática del Congo del siglo XIX, uno de
los objetos de arte robados en las colonias francesas. E.M.
Francia podría restituir a los países del África
subsahariana hasta 46.000 obras de arte y objetos preciosos. Así lo recomienda
un informe que el viernes recibirá el presidente Emmanuel Macron quien afirmó
hace un año que estas piezas "no podían seguir siendo presas de los museos
europeos".
Falta aún mucho camino legal y político para que se
lleve a cabo. Pero, no cabe duda de que la iniciativa puede abrir la caja de
Pandora de reclamaciones de obras de arte. En Francia y en otros países
europeos y americanos.
La voluntad política del presidente de la República
francesa parece determinada. El 28 de noviembre afirmó en un discurso en la
capital de Burkina Faso, Uagadugú: "Quiero que de aquí a cinco años se den
las condiciones para la restitución temporal o definitiva a África del
patrimonio africano". Fue el primer estadista occidental que se
pronunciaba en este sentido.
De ahí el informe que han hecho la francesa Bénédicte
Savoy y el senegalés Felwine Sarr. No son especialistas en la materia. La
primera es historiadora de arte, el segundo, economista. Su texto tiene 232
páginas y va a ser publicado.
Uno de los objetos de arte robados, una máscara
antropomorfa de Costa de Marfil, en la región de Sassandra de finales del siglo
XIX. E.M.
Límites y números
El documento está circunscrito al África subsahariana. Egipto y Argelia
están expresamente excluidos "porque el contexto de apropiación y la
legislación son muy diferentes". Argelia era una provincia más de Francia,
no una colonia. Egipto no estuvo bajo control francés salvo durante la
expedición de Napoleón. Pero la misión científica que la acompañaba hizo
importantes descubrimientos (como la piedra Rosseta) que pasaron
a manos británicas tras derrotar estos a los franceses.
Se estima que los museos franceses poseen 98.000
objetos africanos. El Museo parisino del Quai Branly, iniciativa del presidente
Jacques Chirac, gran valedor de las artes primeras o primitivas, reúne 70.000.
El informe no censa lo que pueda estar en manos privadas.
La devolución se limitaría al arte llegado a Francia
en el periodo colonial, antes de las independencias de los años 60 del pasado
siglo. Eso deja la cuenta en 46.000.
Adquisición
El informe clasifica la forma por la que estas obras
llegaron a la metrópoli en orden decreciente de violencia: botín de guerra y
expedición punitiva, misión etnológica de instituciones públicas, objetos
procedentes de herencias de militares y funcionarios coloniales o procedentes
de tráficos ilícitos tras las independencias. En todos esos casos recomienda
"acoger favorablemente las demandas de restitución".
Otro de los objetos: un tambor timba hecho de piel, pigmento y madera sobre
base zoomorfa, fechado en los comienzos del siglo XX en Guinea. E.M.
El informe fija el criterio para rechazar una devolución
en "el consentimiento". Pero es irreal que exija "testimonios
explícitos de propietarios o guardianes". Si en los casos enumerados antes
la línea está trazada, qué hacer con los que proceden del trueque o de encargos
a artesanos. Y cómo probarlo.
Un ejemplo que cita el diario Le Monde: ¿una
máscara comprada por 7 francos durante la misión Dakar-Yibuti de 1931 en Mali
(el precio de una docena de huevos) es un robo? Porque en París se subastaban
por varios miles de francos. Pues bien sólo de esa misión hay censadas 3.600
piezas.
A quién y cómo
Queda claro que sólo los Estados tienen derecho a
demandar a Francia obras de arte. Habría acuerdos bilaterales de cada Estado
con Francia. El principal problema es que las fronteras africanas heredadas de la
administración colonial son bastante artificiales.
> Luego queda el desarrollo legal. El informe
prefiere una reforma de la Ley de Patrimonio a legislar ad hoc. Así que
queda camino.
> Por todo ello Le Monde se muestra
reticente a la iniciativa en un editorial. Considera "más eficaz el
pragmatismo" de acuerdos concretos que "la enumeración de principios
generales, sobre todo cuando éstos son difícilmente aplicables".
IÑAKI GIL París
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