El cuckold, el pegging y el fisting son las prácticas más transgresoras y
que más se están poniendo de moda, según Lelo.
El sexo evoluciona de manera constante. A pesar de que
los principales fundamentos de las relaciones sexuales siguen intactos, lo
cierto es que cada día las personas descubren y llevan a cabo prácticas hasta
ahora desconocidas para ellos. Las nuevas generaciones innovan, tienen la mente
más abierta y se lanzan a probar nuevas experiencias.
“En la búsqueda del placer, innovar y probar cosas
nuevas es fundamental para no estancarse. En los últimos 10 años el sexo ha
experimentado un cambio radical impulsado, principalmente, por la voluntad de
conocer y tener nuevas sensaciones”, señala Alberto Gooding, de LELO, la marca
de juguetes eróticos de lujo.
“De hecho, la sociedad cada vez da muestras de una
mayor capacidad para alcanzar el clímax de formas totalmente distintas, que
hace algunos años no hubieran tenido cabida en su propio repertorio sexual”,
añade.
Tres prácticas sexuales poco convencionales, pero muy
placenteras y en auge:
Cuckold:
Las infidelidades son uno de los principales motivos que se encuentran detrás de la ruptura
de infinidad de parejas.
Sin embargo, el cuckold o cuckolding supone un nuevo
paradigma en las relaciones sexuales. Esta práctica consiste en que una mujer
con pareja mantenga relaciones con un tercero de forma consentida. En este
sentido, existen varias posibilidades, ya que por lo general la mujer cuenta a
su pareja lo que ha experimentado durante este encuentro o, en algunos casos,
la otra persona juega el rol de espectador de la interacción con un/a
tercero/a. Esta nueva tendencia, por increíble que parezca, hace que aumente la
excitación de ambos.
Pegging:
Consiste en un intercambio de roles en el que las
mujeres realizan una penetración anal al hombre, ya sea con algún tipo de
juguete erótico (dildo o arnés) o con el dedo.
El motivo de que esta práctica sexual sea cada vez más
conocida reside en que ofrece un placer doble. Por una parte, mediante la penetración
anal se produce la estimulación del punto P (P de próstata, equivalente al
punto G femenino), que aporta al hombre un clímax mucho más intenso y
placentero. Por otra, la mujer pasa a tomar una posición más dominante, lo que
aumenta su nivel de excitación. Sin embargo, los principales inconvenientes de
esta práctica residen en el miedo que muchos hombres sienten a ser
estigmatizados y encasillados en una inclinación sexual distinta a la suya, así
como el rechazo social que pueden sufrir muchas de la personas que disfrutan
con ella por parte de sectores más tradicionales.
Fisting:
Esta es sin duda la práctica sexual más “salvaje”.
El fisting, que tiene un origen
sadomasoquista, consiste en la introducción del puño en la vagina, aunque en
los casos más extremos se llega a introducir parte del brazo. Incluso se llega
a realizar en el ano. Valérie Tasso, embajadora de LELO en España, destaca que “el
fisting” es una de las prácticas más complejas y que requieren un mayor nivel
de conocimiento, sobre todo en los casos en los que la ‘penetración’ se produce
a través del ano. En este sentido, es importantísimo destacar que,
anatómicamente, el ano no está preparado para ello, por lo que es muy probable
que se produzcan lesiones de algún tipo si se practica sin preparación previa”.
Respecto a estas prácticas sexuales tan en auge, Valérie
Tasso recalca que “siempre han existido, pero sí es cierto que estamos siendo
testigos de un ‘redescubrimiento de lo extremo’ entre los españoles. Además, si
hoy en día alguien puede imaginar alguna práctica sexual sin pilas, eso ya se
ha hecho”.
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