Un usuario
de una aplicación de citas. SHUTTERSTOCK
Un trabajo que ha analizado la forma en la
que se han venido conociendo las parejas heterosexuales estadounidenses desde
principios del siglo pasado y que revela que el 39% de las formadas desde
mediados de la década anterior lo ha hecho a través de alguna plataforma
digital. Es decir, un 17% más que las surgidas gracias a las conexiones
personales.Tal y como apunta este informe, existe un punto y aparte poco antes del 2000, cuando emergen las primeras plataformas de citas en línea como Match.com. Por aquel entonces tres de cada diez parejas se conocían a través de amigos en común, dos de cada diez en el entorno laboral y más o menos las mismas en locales de ocio nocturnos.
Según fue avanzando el nuevo siglo, el número parejas surgidas al calor de las nuevas tecnologías fue aumentando progresivamente. Lo que a mediados de los noventa no representaba más del 2%, antes de 2010 suponía ya el 20% y en 2015 el 30%. Desde entonces la diferencia con el resto de las opciones no ha dejado de incrementarse.
Adiós al estigma
En palabras de Rosenfield, una de las razones que explica el éxito de las aplicaciones de citas es el "paulatino desvanecimiento del estigma social que existía sobre quienes decidían quedar con alguien a quien solo conocían de Internet". Algo a lo que ha contribuido, por un lado, el buen trabajo realizado desde muchas apps para captar al gran público y, por otro, que como consecuencia directa de ello, todos conozcamos a alguien que ha acabado encontrando a su media naranja en plataformas como Tinder, Meetic o Badoo.
Y es que el número de usuarios registrados en las distintas aplicaciones de ligue que existen se cuentan por varios cientos de millones. Tantos que, como asegura el investigador norteamericano, todos pensamos ya que "por muy grande que sea nuestro entorno, siempre va a haber muchas más opciones de encontrar a alguien afín en una aplicación de citas online que ahí fuera".
DIEGO
BERMEJO
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