Empleados de la fábrica de Jomein elaboran banderas de EE.UU. - Reuters
Desde que el 3 de enero Donald Trump ordenó la muerte del
general Qassem Suleimani en Bagdad, líder de la Fuerza Quds, el brazo de operaciones exteriores de
la Guardia Revolucionaria, los iraníes
gritan con más fuerza que nunca «¡muerte a Estados Unidos!» y «¡muerte a Israel!» en las manifestaciones convocadas por las
autoridades. Un grito que viene acompañado por la quema de las banderas de estos dos países y de la del Reino Unido,
tercera nación en el punto de mira de la ira de la república islámica.
El aumento de las movilizaciones en recuerdo a
Suleimani y de apoyo al régimen ha tenido un efecto directo en Diba Parcham,
fábrica que se dedica a elaborar banderas y que ha visto como la demanda se ha
disparado hasta llevarles a producir 2.000
banderas en el último mes, según información recogida por la
agencia Reuters. Un negocio próspero en un país donde las sanciones impuestas
por Trump han provocado una grave crisis económica.
La fábrica se encuentra en la ciudad de Jomein, situada al sur de Teherán y
que hasta ahora era conocida por ser el lugar de nacimiento del ayatolá Jomeini, fundador de la república
islámica. El dueño de la compañía, Ghassem Ghanjani, declaró a Reuters que «no tenemos
problema con la gente que vive en Estados Unidos o Reino Unido, nuestro
problema son sus gobernantes, tenemos un problema con sus presidentes y su
política errónea. Si la gente quema estas banderas es solo en señal de
protesta».
El responsable del control de calidad también habló
con la agencia internacional y señaló que «quemar una bandera es algo mínimo si
lo comparamos con acciones cobardes de Estados Unidos como el asesinato de
Suleimani. Es lo mínimo que podemos hacer». Las autoridades iraníes califican a
los estadounidenses de «Gran Satán».
De Obama a Trump
Después de tres décadas de enemistad, las relaciones
entre Estados Unidos e Irán vivieron días de inusual optimismo durante el
proceso de negociación que llevó a la firma del acuerdo nuclear en 2015. Barack Obama telefoneó en 2013 a su
homólogo iraní, Hasán Rohani, y
su secretario de Estado, John Kerry, se reunió en New York con Javad Fazdy,
responsable de Exteriores de la república islámica, en el encuentro bilateral
de más alto nivel entre representantes de estos países desde que el 4 de
noviembre de 1979 un grupo de estudiantes iraníes ocupara la embajada
estadounidense en Teherán y tomara a 52 rehenes.
Desde entonces, la embajada permanece cerrada y sólo
se habían producido encuentros puntuales en determinados foros internacionales,
los más importantes a petición de Washington para cerrar las guerras en Irak y
Afganistán, conflictos donde la participación indirecta de Irán, fronterizo con
ambos, ha sido clave.
Esta buena sintonía se acabó con la llegada de Trump a
la Casa Blanca ya que decidió retirarse de forma unilateral del acuerdo atómico
y volver a imponer sanciones a los iraníes. Con el ascenso de Trump volvieron
las movilizaciones anti estadounidenses y la quema de las banderas que produce
en la ciudad que vio nacer a Jomeini.
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