Lo primero que llama la atención al contemplar la
célebre Venus de Willendorf, que
Facebook considera una figura «pornográfica», es su diminuto tamaño. Una
pieza de 11,1 centímetros de piedra caliza monolítica, originalmente pintada de
ocre, que ha sobrevivido a más de 25.000 años de erosión y olvido. Un tiempo en
el que los mamuts lanudos aún vagaban en la zona. Hoy, la más conocida
escultura prehistórica sigue fascinando a los arqueólogos y emulando la
feminidad en su máximo expresión. Pero, ¿qué representa exactamente esta
pequeña escultura censurada por Facebook?
La Venus de Willendorf
La Venus de Willendorf recibe su nombre del yacimiento
austriaco, a la orilla del río Danubio, donde fue encontrada. En 1908 el
arqueólogo Josef Szombathy encontró la figura en un yacimiento de la época
paleolítica a raíz de unos trabajos para la obra de un ferrocarril. ¿Una mujer
embarazada? ¿La diosa de la fertilidad? La pequeña cabeza no tiene
rostro, pero ostenta un peinado formado por siete capas, como los días que
componen un cuarto del ciclo lunar. Tampoco tiene cuello ni pies (tal vez se
perdieran o dañaran), además de que sus pechos y caderas presentan unas
dimensiones grotescas.
Poco se sabe así sobre su origen y el significado
cultural de su voluminosa figura. La interpretación más básica es que se trata
de una representación convencional, pero no realista, de una mujer embarazada o
de una divinidad «maternal» común a otras regiones de Europa. No en vano, la primera de
estas «Venus» europeas ya había sido descubierta por el Marqués Paul de
Vibraye, en 1864, en el pueblo de Laugerie-Basse, situado en el valle de
Vezere. Lo verdaderamente excepcional del caso austriaco es su antigüedad y la
fascinación creada tras su hallazgo.
Un amuleto para los cazadores-recolectores
Dado que carece de pies y no se mantiene por sí misma
de pie, se ha interpretado que pudo ser un amuleto que la sociedad
cazadora-recolectora portaba consigo y usaba para alguna clase de ritual a la
Diosa Madre. Según una hipótesis poco aceptada, sería usada para insertarla en
la vagina y aumentar la fertilidad de las mujeres.
No obstante, ni siquiera hay consenso en la comunidad
de arqueólogos sobre el nombre que se le dio en su descubrimiento. El apodo de
«Venus» es rechazado por algunos estudiosos actuales porque la obesidad de la
figura no obedece al estereotipo de belleza clásica y, como aprecia Christopher
Witcombe, profesor de la Sweet Briar College, en Virginia, supuso «la
identificación irónica de estas figuras con “ideales de belleza prehistóricos”
para satisfacer a algunos conceptos corrientes (en la época en que se
descubrió), sobre lo que era el hombre primitivo, sobre las mujeres y sobre
el sentido estético».
Entrada a Laugerie-Basse.
Durante 90 años, el análisis y debate de la mujercita
desnuda, con pechos y la barriga prominentes, se realizó de puertas para dentro
en el palacio de Schonbrunn de Viena. Los responsables del Museo de Historia
Natural guardaron la Venus de Willendorf en una caja fuerte hasta que, en 1998,
se mostró por primera vez al público en una exposición sobre arqueología.
En el año 2006 se reanudaron las investigaciones
multidisciplinarias en el yacimiento en el que fue descubierta la figura para
dar respuesta a algunos de estos enigmas abiertos. Con la ayuda de biólogos,
geólogos e investigadores de otras especialidades se estudiaron las capas más
antiguas del terreno, datadas en una antigüedad de 60.000 años y, las más
recientes, de 24.000 años. Lo que convierte la zona en un fenómeno único en
Europa Central. A raíz de estos estudios se descubrió que en la Europa de hace
40.000 años se produjeron unos cambios gigantescos, de tipo biológico, cuando
el hombre moderno relevó al de Neandertal y surgió una tecnología nueva que
inauguró el paleolítico superior.
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