La feminista marroquí Betty Lachgar, este viernes en la playa de Los Udaya,
en Rabat, junto a Hanan, sentada y con niqab. FRANCISCO PEREGIL
Es viernes al mediodía en la playa de Los
Udaya, en Rabat. Como en tantas otras calas
de Marruecos, los hombres descansan en traje de baño, con el torso desnudo,
mientras casi todas las mujeres llevan el cuerpo cubierto, ya sea con un
vestido largo, un burkini o una falda… Nadie luce bikini, salvo alguna niña.
Solo hay una mujer en bañador de una pieza. Se llama Safa y vive en Londres
desde hace 20 años, aunque nació y creció en Rabat. Y solo se ve una con niqab,
es decir, con todo el cuerpo cubierto de negro salvo las manos y los ojos. Se
llama Hanan y tiene 33 años. Hanan está absolutamente a favor de la campaña
"Sé un hombre", que ha inundado las redes sociales en Marruecos desde
principios de julio.
El hashtag (etiqueta) en árabe clásico Kun Rajulan o
en el dialectal marroquí Kun Rajel (Sé un hombre) va acompañada del
consejo: "Cubre a tus mujeres". Hace tres años, en Argelia se produjo
una campaña con la misma etiqueta. Ahora, en Marruecos, decenas de activistas,
internautas e intelectuales han expresado su indignación contra los vídeos,
tuits y mensajes con ese lema machista que corre por las redes. Un columnista
aconsejaba “ignorar
a los provocadores”, como si se tratara del “idiota del pueblo”. Un
marroquí residente en China publicó un vídeo que se ha convertido en viral: “Sé
un hombre y ayuda a esa mujer a la que agreden bajo tu indiferencia. Sé un
hombre y trabaja o estudia, porque esas mujeres a las que atacas están
activas”. Otros han escrito: "Sé un hombre y controla tus impulsos".
Y como esos mensajes, muchos otros.
Betty
Lachgar, portavoz del Movimiento Alternativo por las Libertades
Individuales (Mali), ha impulsado en Facebook la contracampaña “Sé una mujer
libre”. Lachgar cree que ignorar la cruzada machista es ser cómplice de ella.
Su objetivo no es que las mujeres vayan con bañador a la playa, sino que hagan
lo quieran. “Como si no quieren ir a la playa... Es igual. Lo importante es que
las mujeres actúen en libertad y no bajo la dominación del patriarcado. No se
trata de la ropa, sino del cuerpo. Queremos que los hombres dejen de controlar
nuestros cuerpos. Esos mismos que no respetan nuestro cuerpo son los que cuando
una mujer es violada dicen ‘se lo merecía, por ir como iba vestida'. Son los
mismos que me acosan y me insultan", reclama.
Lachgar nació en Rabat, al lado de esta playa de los
Udaya hace 43 años. Y está convencida de que la situación de las mujeres en los
espacios públicos en Marruecos ha empeorado en las últimas décadas. Ella
recuerda que en su infancia había mujeres que bajaban a esta playa en bañador
sin ningún problema. Hay quienes objetan que en realidad era una élite, una
minoría las que bajaban en bañador. "Sí, era una minoría, pero no había
acoso como lo hay ahora", alega.
Uno de los mensajes de la campaña 'Se un hombre, cubre a tu mujer', en las
redes sociales.
Hanan, la mujer del niqab, ha venido a la playa
con sus dos hijas pequeñas. Está casada y su marido le "permite"
tomar el taxi sola. Tiene una prima que no puede dar un paso en la calle si no
va acompañada por el marido. Respecto a la campaña, está plenamente de acuerdo.
“Está escrito en el Corán. Antes que ningún hombre lo dijera es Alá quien ha
dicho que las mujeres deben ir bien cubiertas y así serán respetadas”.
A solo cien metros de ella se encuentra Safa, de 40
años, la única mujer en bañador, acompañada también por una hija pequeña. “Soy
musulmana y soy libre. El que piense que es un hombre porque se acuesta con una
mujer no es hombre ni es nada. Muéstrame a 10 hombres y te diré que soy más
fuerte que ellos. Estoy divorciada, dejé mi país y mi cultura hace 20 años,
vivo en Londres y me levanto para trabajar todos los días a las seis de la
mañana. Nadie me tiene que decir cómo tengo que ir vestida”.
En la playa hay dos hermanas sentadas en la sombra,
ambas sin traje de baño. Hanan, de 30 años, tiene velo. Y Leila, de 36, lleva
el cabello descubierto. Curiosamente, la del velo es quien se declara en contra
de la campaña Sé un hombre porque piensa que las mujeres deben ser libres. La
hermana está a favor.
Fátima tiene 24 años, viste burkini y un peto vaquero
encima. Acaba de salir del agua junto a su amigo Husín. El amigo dice que no
está ni a favor ni en contra de la campaña, que es una cuestión privada y cada
pareja debe alcanzar un acuerdo. Fátima se muestra en contra, se declara libre,
pero reconoce que no se atreve a bajar sola a la playa porque se siente muy
acosada.
En los últimos meses las redes sociales han sido de
gran utilidad para denunciar acoso y agresiones contra las mujeres y para
detener a los agresores. En uno de esos vídeos se veía a un
hombre atacando a una menor en plena calle a la luz del día mientras ella
gritaba: "¿Es que no tienes corazón, no tienes hermana, te gustaría que le
hicieran esto?". La indignación en las redes impulsó la detención de los
agresores en menos de 48 horas. Pero la violencia sobre las mujeres sigue muy
palpable en el espacio público. Una encuesta
de ONU Mujeres elaborada en 2016 en la región de Rabat-Salé-Kenitra y difundida
en febrero reveló que el 38% de los hombres creen que las mujeres merecen en
ocasiones ser golpeadas. Y el 62,8% de las mujeres declaró haber sufrido algún
acto de violencia.
Betty Lachgar cree que su contracampaña no logrará
cambiar la sociedad marroquí, pero se niega a bajar los brazos. “La expresión
en árabe dialectal marroquí de “sé un hombre” se emplea a cada momento en la
vida cotidiana”, explica. “Incluso para las mujeres, cuando se pretende
animarlas y que tengan fuerza, se les dice ‘kun rajel’ , que equivale en
español a ‘ten cojones’. Sabemos que esto no va a cambiar tampoco en diez años.
Pero hay que hacer algo. Hay que moverse”.
La situación de las mujeres en Marruecos mejoró
de forma notable en 2004 cuando el rey Mohamed VI impulsó un nuevo código
de familia, conocido con La
Mudawana. Con esa ley se elevó la edad de casamiento desde los 15 a los 18 años. Hasta
entonces, era el esposo el único que tenía derecho a repudiar y emprender el
divorcio. Y los hombres se quedaban con los bienes del matrimonio. Con la nueva
ley es obligatorio el reparto.
Pero aún queda mucho camino por recorrer en igualdad
de derechos. Aún se siguen celebrando en torno a 45.000
matrimonio entre adultos y mujeres menores de edad. Las relaciones sexuales
fuera del matrimonio están castigadas con un año de cárcel por el Código
Penal. Para las relaciones entre personas del mismo sexo se prevén tres
años de prisión y para los adúlteros o adúlteras
denunciados por sus cónyuges, dos años de prisión.
Las
madres solteras se suelen ver marginadas por sus familias y por la sociedad
como si fueran prostitutas. A sus hijos se les llama ‘wlad ihram’, hijos del
pecado, en árabe dialectal.
Y en cuanto al derecho
a heredar, en Marruecos rige como en casi todos los países musulmanes la
ley del Corán, que obliga a las mujeres a heredar la mitad de dinero y bienes
que los hombres.
Francisco Peregil Rabat
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