viernes, 3 de mayo de 2019

El matadero de Asturias vende cálculos biliares de vaca a 45.000 euros el kilo para fabricar viagra

Empresarios chinos compran en el macelo de Noreña más de cien gramos al mes de cálculos biliares extraídos de vacas viejas y delgadas
En un almuerzo reciente en Noreña, el empresario sierense Luis Alberto Sánchez Panero -propietario del Matadero Central de Asturias- lanzó una adivinanza al resto de comensales: «¿A que no sabéis cuál es el producto más caro que vendo?». La respuesta era para nota: «Cálculos biliares de vacuno, a cuarenta y cinco mil euros el kilo».
Cálculos biliares de vaca secando en una huevera de cartón. / E. C.
La sorpresa se transformó en incredulidad cuando explicó su destino: «Para los chinos, para fabricar viagra». Ante la sonrisa generalizada de los presentes, el empresario echó mano al bolso y exhibió una flamante factura por importe de 3.375 euros por la compra de 75 gramos de esa bilis cristalizada.
Desde que reabrió el matadero en enero de 2018, Panero estableció tratos comerciales con empresarios asiáticos, con los que contactó a través de un exportador. La mercancía que suministra es de lo más apetitosa: le compran tendones, aortas, vergas -a las que se atribuyen también supuestas propiedades afrodisíacas- o libros, «que están junto al callo y que antes se tiraba, pero ahora se echan allá», explica.
De las vacas sacrificadas que estaban preñadas de pocos meses, también se extrae la sangre de los terneros, con la que los chinos elaboran medicamentos. Y de la tripa obtienen heparina, una sustancia anticoagulante natural. «Le dan la vuelta a la tripa y se congela. Y luego en los laboratorios, sacan una pasta gelatinosa con la que la fabrican», detalla.
Un buen día empezaron a solicitarle también la bilis de los animales y después, los cálculos. Panero se sorprendió por semejante demanda e hizo una consulta a unos empresarios portugueses, que le comentaron que aquello valía un potosí: se pagaba entre 30.000 y 50.000 euros el kilo. Así que él tiró por lo alto, pero con una pequeña rebaja.
Cuenta que esas piedras biliares proliferan en las vacas viejas y delgadas: «La que más cálculos tiene es la vaca asturiana de color, sobre todo, la casina». Ya se está haciendo un experto en la materia: «Más o menos, ya sé las que los tienen, que son las más malas para carne», asegura.
El empresario vuelve a los detalles sobre la forma de extracción: «Vienen dentro de la bolsa de la bilis con el líquido, y con un colador fino y un caldero vamos apartando la bolsa a ver si caen». Depués depositan los cálculos en unas hueveras de cartón para dejarlos secar. O sea, como si fueran “güevos pintos”, pero 'ciclados'. Hasta la fecha, el mayor hallazgo en las entrañas de un animal fue una piedra de 120 gramos, que se asemejaba a una remolacha gigantesca.
El matadero noreñense vende cada mes entre 100 y 150 gramos de piedras biliares. «Me llevan todo el peso que tenga, aunque suelen venir a recoger a partir de los cien gramos», dice. Los empresarios chinos van haciendo la ronda por todos los macelos de vacuno y se llevan el producto en unos envases al vacío.
«Hacen la viagra con esa piedra», asegura, aunque desconoce el proceso de elaboración. Solo sabe que la trasladan «a un centro que tienen en Madrid». Cabe precisar que esas presuntas propiedades para aumentar la potencia sexual carecen de base científica y que pertenecen más bien al terreno de las creencias.
Seriedad para los negocios
Panero destaca la seriedad de los empresarios chinos para los negocios frente a otras culturas que suelen mostrarse más informales. Los asiáticos discuten el precio y abonan al contado o mediante una transferencia bancaria. «Les hago una factura y me pagan siempre antes de salir la mercancía», afirma.
En el matadero noreñense se aprovecha casi todo. La sangre de los animales se está llevando a una planta de biogás, de Tineo. El macelo sacrifica cada semana entre quinientas y seiscientas cabezas de ganado vacuno. Un animal adulto puede albergar hasta sesenta litros de sangre. Y ahora pretende empezar a subastar la piel de las reses, a la espera de que, de nuevo los chinos, culminen con éxito otro experimento. «Están probando una máquina para fabricar sábanas, quieren hacer ocho mil diarias y prefieren la vaca asturiana, porque tiene más calidad, y porque aquí no las marcamos a fuego como en otros sitios», explica.
Pero, de momento, los cálculos biliares o 'diamantes del amor' siguen siendo los productos más cotizados en el emergente matadero asturiano.
-¿Y ya probó alguna vez de su propia 'medicina'?
-No, no, responde el empresario esbozando una sonrisa picaron
JOSÉ CEZÓN NOREÑA

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