Los Buttigieg son la pareja gay con más visibilidad en
estos días, en medio de una ola de popularidad desde que Pete, el alcalde de
South Bend, Indiana, de 37 años, busca la nominación presidencial demócrata y
el derecho a desafiar a Donald Trump en 2020.
Si este improbable escenario se concretara, Buttigieg
sería el primer comandante en jefe abiertamente gay de Estados Unidos, y su
esposo de 29 años se convertiría en el primer 'primer caballero' en la historia
del país.
Juntos desafiarían las expectativas de lo que una
primera pareja podría o debería ser.
Pete Buttigieg (izquierda) sería el primer comandante en jefe abiertamente
gay de Estados Unidos.
Si bien eso sigue siendo un sueño lejano, a 18 meses
de las elecciones, expertos creen que este matrimonio ya está teniendo un
impacto cultural sustancial.
Millones de estadounidenses han conocido al candidato
y su esposo en persona en actos de campaña o han visto sus entrevistas
televisivas.
La nota de tapa de la revista Time de esta semana, audazmente
titulada "Primera Familia", muestra una foto de ambos parados en la
puerta de su hogar, arremangados; una imagen ordinaria que captura un momento
cultural extraordinario.
La nota de tapa de la revista Time de esta semana, audazmente titulada
"Primera Familia", muestra una foto de ambos parados en la puerta de
su hogar.
"Pete y Chasten son tan... normales y
estadounidenses y cercanos", dijo a AFP Annise Parker, exalcaldesa de
Houston y una de las primeras alcaldes abiertamente homosexuales de una gran
ciudad estadounidense.
Debido a la gran cobertura mediática de su campaña, el
ascendente Buttigieg -quien era prácticamente desconocido hace unas semanas,
pero ahora renquea en los primeros lugares entre los 21 candidatos- "está
impulsando esta imagen estadounidense de una pareja joven felizmente
casada", dijo Parker, quien ahora dirige Victory Fund, que apoya a los
candidatos LGBTQ.
"Es difícil discriminar a alguien con quien te
puedes identificar tan fuertemente", agregó.
La posición promedio de los estadounidenses sobre el
matrimonio gay ha evolucionado rápidamente, dice Brian Powell, profesor de
sociología en la Universidad de Indiana.
Buttigieg -quien era prácticamente desconocido hace unas semanas, pero
ahora ranquea en los primeros lugares entre los 21 candidatos.
Según su investigación, en 2003 predominaba una visión
de familia tradicional de marido, esposa e hijos. Para 2015, prevalecía el
ideal "inclusivo".
Gran parte de ese cambio es atribuible a la
televisión, en particular a series como "Will and Grace", que
ayudaron a normalizar los hogares de personas del mismo sexo para millones de
espectadores.
Pero los Buttigieg podrían generar comodidad en aún
más estadounidenses.
La gente "lo está viendo en una figura pública
muy visible", dijo Powell. "Eso puede tener un efecto
transformador".
Buttigieg se declaró públicamente gay durante su
campaña de reelección de la alcaldía, y se casó con Chasten tres años después
de que la Corte Suprema rechazara las prohibiciones estatales sobre el
matrimonio igualitario.
Durante su discurso de lanzamiento de campaña en South
Bend, el alcalde agradeció a su marido: "Por darme la fuerza para hacer
esto y la base para ser yo mismo en el camino".
Contraste con Trump
Buttigieg es, de acuerdo a la revista The Atlantic,
"un modelo de domesticidad homosexual convencional y burguesa".
Es un veterano militar, un intelectual monógamo según
se dice, a quien gusta mostrarse con sus dos perros.
Se ha hablado mucho del contraste con el dos veces
divorciado Trump, acusado por múltiples mujeres de agresión sexual o acoso, y a
quien Buttigieg ha calificado de ejercer una "presidencia de estrella
porno".
"Si las descripciones públicas de estos
matrimonios son precisas, diría que hay más familias estadounidenses que son
como la familia Buttigieg que como la familia Trump", comparó Powell.
Para los milenials, menores de 40 años, la orientación
sexual es sólo otro rasgo humano, como la raza o el género, y "no
descalifica de manera alguna" para la presidencia, dice el profesor de
sociología Peter Hart-Brinson, de la Universidad Wisconsin-Eau Claire.
No todos coinciden, particularmente los conservadores.
Muchos en la comunidad LGBTQ ven al propio Trump como hostil a sus derechos, y
varios estados todavía permiten los despidos por homosexualidad.
Buttigieg es un declarado creyente, con una fe
constante en Dios, pero el evangelista cristiano Franklin Graham lo señaló la
semana pasada.
"Como cristiano creo en la Biblia, que define la
homosexualidad como pecado, algo de lo que arrepentirse, no algo que se debe
alardear, alabar o politizar", tuiteó Graham.
El matrimonio Buttigieg es un símbolo de lo que hoy se
puede lograr políticamente.
Sentado junto a su esposo, Chasten le dijo a CBS News
la semana pasada que se pelean por quién lava la ropa o saca la basura, al
igual que la mayoría de las parejas estadounidenses.
“Me gusta salir con Pete y mostrarle a las personas
que el matrimonio gay es como un matrimonio heterosexual”, dijo.
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