El orgasmo femenino es un misterio total. No solo para
muchos hombres. También para la comunidad científica que no se explicaba por
qué las mujeres tienen orgasmos si no son necesarios para tener descendientes.
En términos evolutivos es algo totalmente prescindible. Al contrario que en los
hombres, en los que el clímax que va ligado a la eyaculación, la mujer puede
tener hijos sin haber tenido jamás un orgasmo. Pruebas hay por millares. O
millones. Entonces, ¿por qué la naturaleza, en un alarde de igualdad de
géneros, les ha regalado también a ellas la "pequeña muerte"? Mihaela
Pavlicev, profesora de Pediatría en la Facultad de Medicina de Cincinnati, cree haber encontrado la explicación.
Pavlicev lidera el equipo de científicos que acaba de
publicar en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos un
estudio donde, en virtud de sus experimentos, llegan a la conclusión de que,
como ocurre con las gatas, las conejas, las huronas y las camellas, en la
hembra del ser humano ancestralmente la ovulación estaba inducida con la
cópula. Posteriormente, "en las mujeres y en las grandes simias, ese tipo
de ovulación se pierde y las ovulaciones se regulan sin estímulo interno",
declara Pavlicev a la agencia SINC.
El mismo equipo ya había hecho un estudio previo en
pos de los orígenes del orgasmo de la mujer.
Y alcanzaron tres conclusiones.
Primera, encontraron similitudes fisiológicas entre el
orgasmo femenino y el de mamíferas con ovulación inducida.
Segunda, concluyeron que la ovulación inducida fue, en
términos evolutivos, anterior a la ovulación endógena.
Tercera, la anatomía del órgano genital femenino reflejaría
estos cambios.
"Los
animales que tienen inducción externa para ovular poseen el clítoris dentro o
muy cerca del canal copulatorio, por lo que se estimula", sostiene
Pavlicev. En mujeres y grandes simios, el clítoris está más lejos del aparato
reproductor "y, por lo tanto, a menudo no se estimula con el coito",
añade esta científica.
Para constatar que su teoría del origen del orgasmo
femenino podría estar en la evolución inducida, los investigadores trataron de
probar en conejas si al perturbar el orgasmo se afectaba a la ovulación. Les
administraron antidepresivos que provocaban anorgasmia y constataron que las
tasas de ovulación se reducían un 30%. Posteriormente, en este experimento
donde sólo utilizaron un macho llamado "Frank", y para apuntarlas sus
conclusiones, inyectaron hormonas a las conejas "anorgásmicas". Pese
a ello, las tasas de ovulación no cambiaron. Esto corroboraría la teoría de que
la ovulación se activaba a través del sistema nervioso central. Pavlicev había
llegado a una conclusión: "El mecanismo que causa el orgasmo en las
humanas podría ser el mismo que en el pasado evolutivo se había utilizado para
desencadenar la ovulación durante la cópula". Lo que esta investigadora no
aclara es porqué el orgasmo femenino se ha mantenido pese a que ya no tiene
utilidad reproductiva. "Nosotros no nos hacemos esta pregunta porque todas
las razones se buscan exclusivamente en la reproducción", ataja.
El estudio ha sido recibido con reservas por algunos
científicos. "Scientific American" cita por ejemplo a Julie Bakker,
neuroendocrinóloga de la Universidad de Lieja, en Belgica. Considera que esa
reducción del 30% en la ovulación es "muy marginal". "Hubiera
sido micho más convincente si no hubiera ovulación en absoluto", añade. Además
advierte sobre hacer traslaciones entre el comportamiento animal y humano en
este caso. "No hay tal cosa como el orgasmo en los conejos"; el
proceso se parece más a "un interruptor" que se activa en el cerebro
con la estimulación del macho, lo que a su vez desencadena la ovulación.
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