Pocos, lentos, pequeños... Existen diversos factores
que determinan el poderío de los espermatozoides pero, hasta el momento, no hay
ninguna terapia que haya conseguido 'revitalizarlos', más allá de
recomendaciones tan generales como llevar unos hábitos de vida saludables, no
fumar, mantener un índice de masa corporal adecuado o, incluso, no usar ropa
interior demasiado ajustada (las leyendas urbanas como no sumergirse en agua
demasiado fría merecerían otro tema).
Pues bien, según sostiene una investigación llevada a
cabo por científicos de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), que se
publicó a principios de este mes en el European
Journal of Nutrition, la calidad del semen podría mejorar gracias a la
acción benefactora de un alimento que suele estar casi siempre en nuestra
nevera.
¿Cuál es ese ingrediente 'mágico'? ¡El tomate! Eso sí,
no vale con tomarse uno, de vez en cuando, en la ensalada, sino que debe estar
cocinado y, para que obre su milagro, ha de ingerirse en unas cantidades pelín
exageradas (e indigestas): unos dos kilos diarios.
Propiedades antioxidantes
Según este estudio, dirigido por Allan Pacey, profesor
de Reproducción Andrológica y jefe del Departamento de Oncología y Metabolismo,
y Liz Williams, especialista líder en Nutrición Humana, el tomate, al igual que
otras frutas o verduras de color rojo (como las zanahorias rojas, el pimiento
rojo, la sandía y las papayas), debe sus 'superpoderes' al licopeno. "Se
ha demostrado que este caroteno, debido a sus extraordinarias propiedades
antioxidantes, mejora la calidad del esperma", explica María Amaro,
experta en nutrición de Clínica Feel Good.
¿Cómo llegaron a semejante conclusión? Amaro nos lo
explica. "En el estudio, que se prolongó durante tres meses, se dividió en
dos grupos a los 60 participantes (individuos sanos entre 18 y 30 años).
A la mitad de ellos se le suministró diariamente un
comprimido con 14 miligramos de licopeno y a la otra, únicamente un
placebo". Tras medirles la calidad de su esperma antes, durante y después
del experimento, los autores de la investigación observaron que los
espermatocitos de los sujetos que habían consumido el suplemento habían
experimentado notables cambios (para mejor) en su 'estado de forma'. Es más,
estos habían logrado producir un 40% más de los conocidos como espermatozoides
de 'natación rápida'.
Partiendo de estos resultados tan alentadores, Pacey y
su equipo han apuntado que el siguiente paso debería ser realizar nuevas
investigaciones que se centren en el estudio de varones de parejas con
problemas de concepción para determinar no solo la dosis sino el momento óptimo
en el que se ha de suministrar el licopeno para conseguir, además de mejorar la
calidad del esperma, que se favorezca la concepción, evitando así tratamientos
de fertilidad más invasivos. Esperemos que haya suerte...
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