Según
explica, algunos países ya están adecuando sus leyes y políticas a la felicidad
de sus ciudadanos, como Bután o Nueva Zelanda. “Si lo único que utilizamos para
medir el progreso social es el PIB, la productividad o el desempleo, nunca
sabremos realmente qué está afectando al bienestar de la gente y tampoco
podremos actuar sobre ello”, añade.
Según los estudios realizados por este pionero centro
danés, la soledad es el factor que más incide en el bienestar individual y
colectivo: “La soledad es el mal de nuestros tiempos, hemos
comprobado que afecta a la felicidad de las personas incluso más que la salud
física”, explica Cencerrado.
Alejandro Cencerrad
No hay comentarios:
Publicar un comentario