Madrugada en
las Ramblas, escenario de prostitución de inmigrantes africanas
La Policía Nacional liberó este jueves 3 de marzo a cinco mujeres
nigerianas víctimas de explotación sexual en Barcelona y Sevilla. Según los
agentes, la forma de doblegar a las mujeres sometidas era amenazarles con
rituales de vudú y juju (o yuyu). ¿En qué consiste esta última
técnica, cuyo nombre coincide con el de un género musical nigeriano? De acuerdo
con la información recabada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
se trata de prácticas supuestamente mágicas o de brujería consistentes en sacrificar
animales. Ese «sacrificio se realiza a modo de pacto entre la organización y la víctima».
En su concepción básica, la
magia del yuyu consiste en venerar a cualquier objeto por superstición. Lo
hacen etnias nativas de África occidental y usan esas prácticas
mágico-religiosas tanto para encantamientos, como amuletos o como medio de
protección e igualmente como fetiche. El término yuyu y las prácticas asociadas
a él fueron «exportadas» a América desde África por los esclavos,
y todavía sobreviven en algunas áreas. Se aplican en la actualidad y
lamentablemente, como han comprobado las Fuerzas de Seguridad del Estado, por
parte de las redes mafiosas a las «esclavas» sexuales a las que someten y
derivan a otros países.
El tratante organiza el viaje para someterlas
Según los agentes que
desarticularon la red, el tratante se compromete a organizar el viaje de las
mujeres a España y financiar los gastos derivados del mismo, mientras ellas
prometen obediencia bajo la amenaza de su muerte o la de sus familiares, así
como pagar la deuda y no acudir a la
Policía ni delatar.
Captadas en su país de
origen, Nigeria en este caso, la red de trata de seres humanos las trasladaba
por vía aérea haciendo escala en otros países europeos o en Marruecos. Para
ello utilizaban documentación falsa perteneciente a una tercera persona que
residía legalmente en algún país de la Unión Europea.
Una vez en el país de
destino, en este caso el nuestro, donde fueron conducidas a Sevilla y la ciudad
condal, las víctimas eran informadas del total
de la deuda contraída con la organización y sometidas al
ejercicio coactivo de la prostitución hasta saldarla por completo, siendo
obligadas a ejercerla durante interminables jornadas de trabajo y, normalmente,
en la vía pública. Una de las máximas responsables de la organización ejercía como «mami»,
controlando a las cinco mujeres en todo momento, forzándolas a
ejercer la prostitución y recaudando diariamente todo el dinero que obtenían de
sus servicios.
La operación desarrollada
ayer permitió desarticular todo el entramado de la organización afincado en
España y que llevaba operando desde el año 2004, con la detención de cuatro de
sus «cabecillas».
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