«Tumba de lado a tu pareja,
colócate detrás y masajea su hombro y su pecho mientras besas su cuello por
detrás». O si no: «Deja caer unas gotas de vino en tu ombligo y pídele
a tu pareja que las recoja con su boca». Son un par de opciones
de las muchas que esconde la versión erótica del clásico juego de papiroflexia
de la infancia conocido como comecocos u origami. El nombre es lo de menos. La
gracia está en ir moviendo el aparatito entre los dedos y probar... TODO.
Porque los remilgos, en casa.
Una de las
representaciones erótico-festivas.
Al menos, ésa es una de las
máximas del evento Wine&Sex que organizan las Bodegas Monje tinerfeñas.
Ubicación concreta: al noreste de la isla, en El Souzal y a unos 15 minutos de
Santa Cruz. Un insinuante sujetador rosa sobre el cartel que indica el nombre de la
población unos metros antes de llegar avanza lo que se avecina... ¿Y en qué
consiste el invento? «En acercar el vino al público desde una perspectiva
diferente y divertida». Palabra de Felipe Monje, integrante de la quinta
generación vinculada a esta bodega, una de las que más solera tiene en las
Canarias. Basta un dato: la familia ya andaba entre vendimias, trasiegos y
toneles desde 1750, aunque la bodega se levantó oficialmente en 1956.
Momento 'tuppersex'.
Pero no fue hasta hace tres
años cuando los Monje maquinaron la puesta en marcha de este espectáculo
erótico-vinícola entre las bicentenarias barricas de la cava tinerfeña. Lo
organizan trimestralmente (es decir, con la llegada de cada nueva estación) y
en esta curiosa 'bacanal' enológica hay cabida hasta para 100 personas. Con que
tengan más de 18 años basta... En cada cena, uno se encuentra desde tuppersex
de lo más didáctico a representaciones teatrales subiditas de tono, vídeos
sugerentes y juegos eróticos para tantear con la pareja (o no), que aquí
también se puede venir solo. Y, de hecho, se viene...
Entre el público entregado a
la causa hay de todo: desde veinteañeros en plan despedida de soltero a dúos
que buscan algo picantón y abuelos que rozan los 80. «Son los que más disfrutan
porque ya no tienen ningún tabú», continúa el señor Monje. Eso sí, son las mujeres las que
suelen hacer las reservas, que hasta incluyen vuelos desde
donde sea (a los alemanes e ingleses les pirra el evento...) y noches de hotel
si hace falta. De hecho, más de uno ha mandado un mensajito a Felipe a la
mañana siguiente para darle las gracias por la «noche salvaje» que ha pasado
después del Wine&Sex.
En plena faena...
Y todo, con música sensual
susurrando al fondo, kits de bienvenida
con profilácticos, esposas y hasta bolas chinas incluidas, un photocall
para inmortalizar la experiencia, una cama XXL en medio de la sala para ir
incentivando las fantasías de cada cual... Y, claro está, catas comentadas
por expertos de los diferentes caldos de la propia bodega, la mayoría tintos y
todos bajo la
Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo.
La degustación se va
sucediendo con cada uno de los platos estrella del menú. A saber, crepês con
crema de yogur, fruta de la pasión y mucha canela (afrodisíaca cien por cien,
ya saben...), brochetas de verdura con aceite de vainilla (más de lo mismo
sobre sus poderes lividinosos), cochinillo negro canario con crema
de millo al cardamomo... Este último, por ejemplo, lo casan con su Monje
Tintilla del año 2006. Huelga decir que algún plato con formas insinuantes se
asoma en la carta. No decimos más. Ya después, lo que cada uno quiera... O
pueda.
Isabel García I. Canarias
Bodegas Monje. Camino Cruz de Leandro, 36,
El Sauzal, Santa Cruz de Tenerife. Tfno: 922 58 50 27. Más información en www.wineandsex.net. Cena
más espectáculo más cata, desde 49 euros. Se pueden pedir paquetes con
transporte y hotel.